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José Antonio García Otero: "Os Ancares fueron para mí una auténtica universidad natural"

"Ser cristiano no consiste solo en el cumplimiento dominical"

José Antonio García Otero, ayer, delante de la iglesia parroquial de Moimenta. // Bernabé/Javier Lalín

El campo de fútbol de A Balouta vivirá mañana una jornada especial con motivo de la celebración de los 50 años de sacerdocio de José Antonio García Otero, párroco de Moimenta, Parada, Alperiz, Cadrón, Lamas de Cadrón y Castelo, entre otras. El cura aguarda con tranquilidad su homenaje.

-¿Esperaba poder cumplir las bodas de oro como sacerdote?

-El tiempo pasa rápidamente. Esto no es como un matrimonio, en el que son dos, y para llegar a ellas puede fallar alguno. En nuestro caso es más normal poder celebrarlo. Tengo que 74 años ya y nunca puedes contar con nada, aunque a esta edad cada vez llegan más.

-¿Cuál fue la época más bonito de todos su vida pastoral?

-Los primero años son los que siempre recuerdas con más cariño porque dicen que, como también pasa con las primeras novias, nunca se olvidan. Estuve en Os Ancares durante 20 años y me encantaba la manera de ser de la gente que vivía allí. Eran personas muy serviciales y muy acogedoras, que no tenían ningún problema en invitar a comer a cualquier desconocido que llegase por allí. Es una idiosincrasia diferente a esta zona nuestra donde cuando llega un desconocido lo miran con desconfianza.

-¿Cómo recuerda el regreso a su tierra para ser párroco?

-Muy bien. Yo soy natural de Botos y por motivos familiares tuve que volver cuando llevaba dos décadas de cura. Aquí es más fácil llevar varias parroquias porque tienes el coche que te lleva a todas partes. En Os Ancares cuando empezamos no había pistas, y si había alguna era de tierra. Yo llevo una docena de parroquias y el domingo no puedes parar estando de pie todo el rato, algo que con los años cada vez se lleva peor ese trajín.

-¿Es hoy más difícil ejercer el sacerdocio que cuando empezó?

-Para mí eso fue siempre igual. Es una función que alguna gente la recibe bien y otra te puede dejar un poco de lado. Os Ancares fueron para mi una auténtica universidad natural. A lo mejor tenía pocos feligreses oyendo misa, pero es que resulta que si hacía falta ropa para dársela a un pobre o había que darle de comer, pues todo el mundo estaba dispuesto a ayudar. En esa zona de Galicia no son de tanto cumplimiento pero eran más dados a ayudar, y eso también es cristiano. Desde entonces, tengo que reconocer que ser cristiano no es sólo el cumplimiento dominical, sino que es el día a día entre las personas. Eso es algo que aprendí en mis primeros años de sacerdocio y que también se me quedó grabado para el resto de mi vida.

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