La presidenta provincial de Pontevedra, Carmela Silva, incluyó en su discurso de investidura, una vez más, la intención del gobierno que integran PSOE y BNG de que la Xunta asuma la gestión de aquellos entes que, por competencias, prestan servicios propios de la administración autonómica pero de los que se viene haciendo cargo la Diputación históricamente.
La presidenta aludía en su discurso a que, a ver si en el presente mandato, la Xunta muestra una mejor predisposición a abrir una mesa de diálogo integrada por las dos administraciones para comenzar a negociar la transferencia de estos siete centros que, en su conjunto, suponen un coste para la Diputación de 21,5 millones de euros si nos atenemos, por ejemplo, al presupuesto previsto para este ejercicio. Son fondos, como recordaba Silva en el pleno de investidura, que la Diputación debe dejar de invertir en los ayuntamientos, en el que sí que es el principal cometido del ente provincial.
Durante los pasados cuatro años de mandato, los contactos entre ambas administraciones para negociar un posible traspaso de estos centros fueron casi nulos. Tan solo cobró fuerza, al menos a tenor del cruce de declaraciones que se recogieron en los medios de comunicación, la predisposición de la Xunta a asumir la gestión del Museo de Pontevedra, uno de los entes culturales y museísticos más potentes de la comunidad.
Sin embargo, en esta hipotética negociación del traspaso de estos entes, la Diputación pondrá una condición que, precisamente, tiene como protagonista al Museo. Está recogida por escrito en el pacto de gobierno que firmaron hace apenas unas semanas socialistas y nacionalistas y establece que la posible transferencia del Museo de Pontevedra a la Xunta no se comenzará a tratar hasta que no estén "culminadas" las transferencias de lo otros entes en cuestión: Esto es, el Centro Príncipe Felipe, el CAAN de Armenteira, la Escola de Cantería, la finca de Mouriscade, la estación Fitopatolóxica de Areeiro y la Escola de Enfermería.
Así lo confirmaban también en los últimos días fuentes del gobierno provincial, quienes reconocen que la Xunta sí parece haber puesto interés en una transferencia del Museo pero no del resto de organismos. No quieren que este interés se pueda limitar a lo que es la "joya de la corona" cultural de la provincia y no asuman o abandonen sus competencias en el resto de ámbitos.
Esta posición del gobierno provincial ya se atisbó el pasado mes de marzo, cuando desde la Xunta se trasladó a los medios su posible interés en negociar la transferencia del Museo. La respuesta de la presidenta de la Diputación fue clara: El ente provincial está dispuesto a ceder el Museo a la Xunta, de acuerdo con el marco competencial, pero junto con el resto de entidades de las que exigen su transferencia. La propia presidenta calificaba aquella propuesta como un "órdago a la grande" dado que la acompañaba con un paquete presupuestario de diez millones de euros para colaborar en la gestión de estos centros.
Ahora habrá que esperar si en este nuevo mandato se abre por fin la negociación para transferir o no estos centros, pero en tal caso una cosa está clara, el Museo no se negociará hasta que se cierre el resto de traspasos.
