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Xavier Lemos: "En Deza se trabajó para el taller del Maestro Mateo"

Trabaja en una serie de obras inspirada en la iglesia de Ventosa, Carboeiro y O Toxa

Lemos posa ante uno de sus cuadros inspirados en el cenobio de Carboeiro y la iglesia de Ventosa.

Xavier Lemos está inmerso en un interesante reto que tiene como icono e inspiración las pinturas románicas de la iglesia de Ventosa, en Agolada, y también el cenobio de Carboeiro en Silleda. Balo el eslogan de "Tras dos pasos do Mestre Mateo" el pintor vigués visitó recientemente ambos lugares para acometer una serie de pinturas con este peculiar leitmotiv artístico.

-¿Cómo fue su encuentro con la iglesia de Ventosa?

-Impresionante. Recuerdo que me hice un montón de fotografías porque el lugar es alucinante. También aproveché para parar en Lalín en algunos lugares donde solía estar Laxeiro y, por supuesto, no me quise perder una visita tanto a Carboeiro como a la Fervenza do Toxa, otros dos lugares realmente mágicos. Tengo pensado volver pronto a los restos del monasterio silledense porque parece ser que allí llegó a trabajar el autor del Pórtico de la Gloria.

-¿Por qué eligió la comarca dezana para su próximo trabajo?

-Todo empezó porque Manuel Estévez, un compañero mío, estuvo por allí con un sacerdote de la zona. Cuando volvió a Vigo me dijo que tenía que ir a ver todo aquello porque era muy interesante. Lo cierto es que yo siempre estuve muy interesado por este tipo de asuntos. De hecho, tengo pintado varios cuadros donde aparecen distintos monasterios e incluso el Pórtico de la Gloria. Tengo una colección dedicada a las hadas titulado "12.000 años después de Cristo", que parte de cuando había desaparecido nuestra civilización y las hadas nacían y vivían dentro de las iglesias. En esos cuadros ya se pueden ver representados el Pórtico de la Gloria de Santiago y ruinas de otros elementos arquitectónicos religiosos.

-¿En qué momento se encuentra la serie dedicada a Deza?

-Ahora estoy con el segundo cuadro de gran formato. Mi idea es hacer una serie de diez o doce, por lo menos. El que estoy haciendo ahora tiene como principal motivo son unas figuras que hay allí y a las que llaman los hombres verdes, que parece que se encargaron de repoblar la naturaleza. Se trata de unas figuras míticas de unos 400 años antes de Cristo que también aparecen en sitios como Francia o Alemania. En el cuadro aparecen tanto Carboeiro como la iglesia de Ventosa junto a unos personajes caminando en una procesión que sale de la iglesia, incluidos los apóstoles y los hombres verdes están repoblando los árboles bajo un cielo donde salen a la vez la Luna y el Sol, en una representación del mediodía y la medianoche.

-Parece que tanto Deza como Trasdeza son dos buenos lugares para inspirarse, ¿no?

-Sin duda alguna. La Fervenza do Toxa, al lado de Silleda, también es un buen sitio. Soy un enamorado de la naturaleza, y ese es un sitio ideal para alguien como yo. Lógicamente, las figuras de la catedral de Santiago son más grandes que las que te puedes encontrar en estos edificios religiosos dezanos pero es posible unas y otras fueran realizadas por el mismo equipo de trabajo del Maestro Mateo. Yo pienso que ahí hubo mucha gente de esa zona que estuvieron trabajando para él, y muchas habrán quedado en esa zona porque fueron de las que no se utilizaron en la catedral de Santiago. Es muy probable al quedar amontonadas en la iglesia de Ventosa, el cura que estaba allí junto a los vecinos repoblasen el templo con esas figuras de piedra. Coinciden en la época con las de Santiago, aunque sean menores en cuanto a tamaño.

-¿Cuánto tiempo le llevará este nuevo reto pictórico?

-Eso nunca se sabe porque como te digo me gustaría llegar a la docena de obras. La idea es poder llevar todos estos cuadros por todos los monasterios y algunos sitios del Camino de Santiago para darlos a conocer a los peregrinos durante su ruta de peregrinación. Me gustaría que pudiera coincidir con el próximo Año Santo y poder de esta forma dar a conocer al mundo la catedral del rural gallego, que fue como definió Filgueira Valverde a la hermosa iglesia de Ventosa.

-Supongo que este trabajo es una forma de volver a sus inicios.

-En cierto modo, sí. Mis primeros dibujos fueron los vitrales de la Iglesia de La Soledad en las faldas del Castro. En ellos aparecen representados los siete dolores de la Virgen y de los amores de Eijo Garay, el Cristo de la Victoria y la Asunción de María, patrona de Vigo. Ahora lo que intento es reflejar el misticismo de todo lo que engloba a lugares tan cautivadores como Ventosa o Carboeiro. La verdad es que después de desplazarme hasta Ventosa no dudé en ponerme manos a la obra para plasmar sobre el lienzo todo lo que me transmitió el haber estado en Agolada, Lalín y Silleda. Estoy muy ilusionado con este trabajo y sólo espero que guste a todo el que lo contemple.

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