El presidente del Tecor societario de Dozón, José Rodríguez, aprovechó su presencia en el encuentro de anteayer para realizar una serie de puntualizaciones ante lo que considera deberían ser algunos criterios para controlar la población del jabalí en la comarca. En primer lugar señala que los tecores ponen su voluntad en este asunto, pero los cazadores no son profesionales en el control de plagas ni tienen responsabilidad de que el censo de estos animales se haya disparado y recuerda que la celebración de las batidas les supone un gasto económico. "Cabe preguntarse si la Xunta o las organizaciones agrarias reflexionaron sobre todo esto".

Rodríguez valora que el punto de partida es conocer qué está pasando con esta especie y porque su censo aumenta más de lo que se caza y se pregunta si quizá no habría que pensar en aplicar criterios cualitativos en vez de cuantitativos. Además, opina que hasta que la administración no impulse un plan de gestión, "todo lo que se haga resultará una improvisación que lleva a esta situación descontrolada de la población del jabalí". A su juicio, a los cazadores tampoco les gusta ser vistos por la sociedad como unas personas dispuestas a matar jabalíes casi durante todo el año, porque en el territorio que se mueve el cerdo bravo también existen otras especies. "Con las batidas durante tantos meses la presión que ejercemos, el pase de perros que hacemos, levanta toda la fauna con la que se encuentra y esto es un factor negativo para las especies. Dañamos nuestras perdices, conejos y liebres y sometemos a los lobos, corzos y zorros a una presión y molestias y daños insostenibles", dice.

Por estos motivos, Rodríguez apuesta por la defensa de una gestión cinegética del jabalí asentada en criterios cualitativos y no en un diseño de "cuantas más batidas, mejor". Así, apunta a que el diagnóstico de gestión debe poner de manifiesto a qué animales dentro de las piaras hay que cazar y cuántos. Porque, asegura, que expertos en el jabalí concluyen que este animal responde criando ante una mayor presión cinegética. Y que si se eliminan los animales guía dentro de la piara todo se descontrola y se produce una actuación caótica en la que estos mamíferos no seleccionan fuentes de alimentos y que acaban yendo a lo fácil: los cultivos.

Sobre la transmisión de enfermedades y, en particular la Peste Porcina Africana (PPA), cree que la sociedad no está preparada y por ello conviene poner en práctica protocolos claros de seguridad biológica, "algo que el plan de gestión del jabalí debe incorporar". Por eso demanda la aprobación de este plan de gestión con el citado protocolo, donde además de las batidas necesarias, se contemple toda una serie de medidas combinadas. "Protocolaricen todas estas medidas -cita los arqueros, atrayentes, jaulas o comederos- y denle un acomodo dentro de una estrategia de gestión conjunta; así podremos reconocer que la administración cumple con sus responsabilidades", relata.