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Sobrevivir a la prostitución

La activista Amelia Tiganus relata en el curso de igualdad de Lalín su experiencia en primera persona en un prostíbulo y aborda la mercantilización del cuerpo femenino

Amelia Tiganus y Mabel Lozano, junto a organizadores del curso de igualdad. //Bernabé/ Ana Agra

Hace siete años que Amelia Tiganus consiguió salir del infierno en el que se encontraba. Una vida que, con tan solo 13 años, cambió por completo al ser violada por cinco chicos cuando regresaba del colegio. Ante el miedo de contárselo a sus padres y que estos se sintiesen decepcionados, decidió callárselo y esperar a que el dolor pasase. Pero eso no fue así, los cinco violadores se encargaron de contar y difundir lo que habían hecho, por lo que la sociedad empezó a señalarla como "chica fácil", hasta el punto de que los propios compañeros de clase le ofrecían dinero para tener relaciones sexuales con ella. Una situación que Tiganus no aguantaba y, como ella misma reconoce, llegó a pensar en el suicidio:"Me sentaba en la orilla del Danubio y imaginaba como me hundía lentamente, al mismo tiempo, que el dolor iba desapareciendo". Su hermana pequeña fue el motivo por el cual no eligió este trágico desenlace.

A los 17 años, empezó a trabajar en una fábrica en Rumanía, a pesar de sus buenas notas, el sueño de ser profesora o médica ya había sido truncado para siempre. Un día un "putero" le ofreció trabajar en un prostíbulo, prometiéndole que ganaría mucho dinero. El deseo de poder tener una vida mejor, la falta de autoestima y de personas referentes la llevaron a aceptar el trato. La activista afirma que no solamente te engañan inventándose un futuro que nunca va a existir, sino que "no te informan de las secuelas tanto físicas como psicológicas que vas a tener de por vida". De hecho, la media de vida de las prostitutas es inferior a que presentan las demás mujeres.

Además de relatar su historia personal, Amelia Tiganus aportó datos e información sobre el sistema prostitucional y la mercantilización del cuerpo femenino. Se refirió a la prostitución como una mafia organizada que exporta mujeres, procedentes de países empobrecidos, dirigidas a hombres que demandan un cuerpo para utilizarlo. En el Estado español, la prostitución es alegal y el código penal no ampara lo suficiente a las vítimas de este sistema, afirma la activista. De hecho, España es el país con mayor consumo de prostitución de Europa y el tercero del mundo; y el 60% de las mujeres que se encuentran en prostíbulos son rumanas. Tiganus advierte de la necesidad de limitar el acceso a la pornografía y de formar más a las personas acerca del femenismo.

Modelos teóricos

También hizo referencia a los tres modelos teóricos en relación a la prostitución. El primero de ellos es el "prohibicionista" (Europa del Este), en el que todos los actores del ámbito prostitucional son perseguidos pero realmente a quién se persigue es a las mujeres. El segundo es el modelo "regulamentarista", mediante el cual se reclaman los derechos labolares. Se divide en dos vertientes: la liberal, que considera la prostitución una actividad económica como cualquier otra, y la progresista, que defiende la libertad sexual, el libre consentimiento. Y, por último, el "abolicionismo", que busca eliminar la prostitución, ya que este sistema pretende consolidar los roles patriarcales y la desigualdad: "Este sistema mercantiliza a las mujeres, al servicio del afán del dominio masculino", sostiene.

El 80% de las mujeres sometidas a la trata son para fines de explotación sexual, declara la activista. Ella misma no fue consciente de que era una víctima de trata de mujeres hasta que leyó el Protocolo de Palermo, en el que se recoge la explotación sexual. Advierte de que "no debemos caer en la trampa de catalogar esta situación como explotación laboral, ya que en ese supuesto los proxenetas pasarían a ser empresarios". Para finalizar la conferencia, hizo una reflexión acerca de como sería un mundo sin prostitución. "Un mundo en el que el deseo mutuo, el placer compartido, el buen trato y la igualdad de oportunidades ocuparían el centro de la vida", remata.

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