En septiembre del año pasado, el Concello de Silleda cedió a la Asociación de Desenvolvemento Rural Ódega una finca de 14.000 m2 en Rosende (Ponte) para un proyecto piloto de tratamiento de purines de porcino y deyecciones de aves. Tras la construcción de la planta ayer el alcalde, Manuel Cuíña, y la técnica de medio ambiente de la entidad, Carmela Cañedo, presentaron la puesta en marcha de esta iniciativa única en Galicia. Estuvieron acompañados por el edil de Medio Rural, Jesús Taboada Lázara, y el representante de la Federación Galega de Medio Ambiente, Félix Porto. Fegama, junto a Ódega y el departamento de Edafoloxía y Química Agrícola de la Facultad de Farmacia (USC) conforman este grupo cuyo proyecto asciende a 100.000 euros, cubiertos por los Fondos Feader de la convocatoria de 2017.

El proyecto está ya en su segundo y último año. Hay dos instalaciones: una para compostaje y otra para tratamiento de residuos. La de compostaje está tratando ahora mismo cinco toneladas de mezcla de gallinaza (son los residuos avícolas), restos de poda y purines ganadería intensiva de porcino. A finales de verano o en octubre estará listo el compost y podrá determinarse para qué tipos de cultivo sirve. Carmela Cañedo explicó que será entonces cuando se sepa si este sistema es rentable o no. El compost puede usarse, como los tecnosoles, en suelos degradados o forestales, pero a diferencia de éstos no incorporan lodos de depuradora.

Además de la pila de compost, hay una balsa impermeable con lecho arenoso en la que plantas macrófitas depuran la parte líquida de esos residuos animales. Las aguas que se obtienen pueden emplearse o bien para regar campos de cultivo o bien en el propio proceso de compostaje.

Tanto Porto como Cuíña coincidieron en la necesidad de un proyecto que dé salidas a la producción de purines. Se escogió esta zona porque Deza y Tabeirós acumulan el 89% de las 329.585 plazas de porcino de toda la provincia. Si los resultados son buenos, la intención es abrir otras plantas que no buscan generar empleo, sino que sean gestionadas por los propios ganaderos, mediante un sistema asociativo, como indicó Cañedo. La instalación actual de Silleda puede tratar hasta 12 toneladas al año, pero cabe una ampliación tanto de las instalaciones como del manejo. En cuanto a los olores que pueda provocar el manejo de los residuos, son mínimos y no levantaron quejas entre los vecinos.