El proyecto de valorización de residuos agrarios de Deza comienza a andar. Tras la construcción de la planta en una finca cedida por el Concello de Silleda en Rosende, la iniciativa de Ódega, la USC y la Federación Galega de Medio Ambiente está tratando ya cinco toneladas de mezcla de gallinaza (son los residuos avícolas), restos de poda y purines ganadería intensiva de porcino. A finales de verano o en octubre estará listo el compost y podrá determinarse para qué tipos de cultivo sirve. Carmela Cañedo explicó que será entonces cuando se sepa si este sistema es rentable o no.

Además de la pila de compost, hay una balsa impermeable con lecho arenoso en la que plantas macrófitas depuran la parte líquida de esos residuos animales. Las aguas que se obtienen pueden emplearse o bien para regar campos de cultivo o bien en el propio proceso de compostaje.

La instalación actual de Silleda puede tratar hasta 12 toneladas al año, pero cabe una ampliación tanto de las instalaciones como del manejo. En cuanto a los olores que pueda provocar el manejo de los residuos, son mínimos y no levantaron quejas entre los vecinos.