"El peregrinaje es un camino, pero también un camino interior, la búsqueda de uno mismo". Estas palabras de la homilía de la eucaristía cantada resumen a la perfección la jornada espiritual que ayer vivieron miles de fieles en el santuario de Nuestra Señora de O Corpiño. No había personas ofrecidas a recorrer el exterior del templo de rodillas, como antaño, pero sí mucho recogimiento, fervor y respeto en la que pasa por ser la romería religiosa más importante del centro de Galicia.
Romería de Nuestra Señora de O Corpiño. // Bernabé / Javier Lalín
Aunque hubo misas desde las nueve de la mañana y dos durante la tarde, los fieles optaron por asistir a la misa de 12, a pesar del calor, de la amenaza de lluvia, de los mareos que afectaron a una decena de personas, de tener que esperar de pie para poder ver pasar la imagen, al son de Carballo da Manteiga y con un repenicar de campanas que duró casi una hora. Y es que si la misa es importante (el templo estaba abarrotado) la procesión no lo es menos. Organizados por los numerosos efectivos de la Guardia Civil y colaboradores del santuario, los fieles se colocaron en fila para poder pasar por debajo de la imagen, una tradición común a otros templos de la comarca y que sirve tanto para agradecer los favores prestados como para solicitar su ayuda. El amparo de la Virgen también quedó recogido en los cientos de cirios y exvotos expuestos en la entrada junto a la fachada posterior. Como de costumbre, varios sacerdotes se encargaron de las confesiones en uno de los inmuebles anexos al templo, en los que también podían comprarse recuerdos del templo o dejar una limosna.
Imagen floral
Son tradiciones mucho más recientes en el tiempo, pero seguro que conforme pasan los años acabarán siendo ritos muy arraigados en O Corpiño. Por segunda vez, junto a la entrada principal del templo, una estructura de madera con la imagen de la Virgen y el Niño permitió días atrás a los fieles colocar o donar flores para ir tallándole un vestido. Fueron centenares las personas que tocaron a esta imagen con un pañuelo, con las manos, con una foto de la santa en la que también aparece su oración. Y ya que hablamos de flores, la novedad de este año fue la petalada: tras una hora de procesión alrededor del templo, la Virgen contempló desde las escaleras la ofrenda, en forma de baile, que le ofrecieron músicos y danzantes de Carballo da Manteiga. A su término, los portadores colocaron la imagen justo a la entrada del templo para, mirando siempre hacia los fieles, recibir una gran lluvia de pétalos de rosa y otras flores que despertó una gran emoción entre los fieles, que saltaron en una salva de aplausos. Como colofón a tan intensa mañana, la imagen hizo el amago de entrar en el templo hasta tres veces, para volver a salir a despedirse de sus devotos, de nuevo aplaudiendo. Como bien explicó el rector del templo, José Criado, estas entradas y salidas son una metáfora para el creyente, puesto que significan que la santa siempre estará con quien cree y espera en ella.
Y tras el regocijo del alma era necesario recobrar fuerzas. Numerosos puestos de comida campestre ofrecían a los romeros un menú a base de, sobre todo, pulpo y carne cocida. Tampoco faltaban puestos de venta de joyas, camisetas, rosquillas o pan. El segundo día de la Romería de O Corpiño será este domingo, día 30, con un programa idéntico al de ayer: misas desde las 9.00, a las 11.00 la eucaristía de enfermos y a las 12.00 la solemne, cantada por el Coro de O Corpiño. La petalada será a las 13.00 horas, con procesión y ofrenda-baile. Las eucaristías vespertinas serán a ñas 17-00 y 18.00, para después despedir a la virgen coronada.
