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Un buen profesor nunca se olvida

Soutolongo rinde un homenaje, con distintas actividades, a Manuel González, el "maestro Cancelo", que durante la dictadura impartió clases en la escuela del lugar

El homenaje se completó con la misa y con la procesión de San Antonio. // Bernabé/Ana Agra

Los profesores que enseñan de verdad y lo hacen desde el cariño siempre serán recordados por su alumnado. Manuel González Rodríguez, más conocido como el 'maestro Cancelo', durante años se dedicó en cuerpo y alma a los niños de la escuela de Soutolongo en la época de la dictadura y es uno de estos docentes que pasan a la historia con aquellos pequeños que aprendieron con él. Esta parroquia le rindió ayer un homenaje.

La jornada festiva comenzó con una misa, aunque por una confusión en los horarios, provocó un retraso en el inicio. El acto religioso se completó con la procesión de San Antonio hasta la zona de O Couto y en la misma también participó algún que otro animal, ya que la ocasión sirvió también para bendecir a las mascotas. La programación continuó en la escuela en dónde se realizó el tributo a Manuel González. El primero en intervenir fue el profesor Manuel Igrexas, una persona que investigó sobre el maestro Cancelo y cuya historia publicó anteayer en FARO. Hizo un recorrido por la vida y la trayectoria de este docente. Manuel González nació en 1903 en la parroquia de Botos. Además de profesor, escribía artículos que incluso firmaba como "Soutolongo". "De esta manera, hizo que Soutolongo fuese muy conocido", confiesa Belén Amarante, presidenta de la Asociación de Veciños a Nosa Escola de Soutolongo.

Anécdotas

Después, fue el turno de tres vecinos que fueron alumnos de Cancelo: Elías Miranda, Luis Mato y Celino Gil. "Ellos son los únicos alumnos que asistieron ayer porque algunos están emigrados y otros ya fallecieron", señala la presidenta del colectivo vecinal, que indicó que los tres pupilos aprovecharon la ocasión para relatar anécdotas vividas con este profesor, así como para contar a los presentes cómo era este docente. "La gente habla muy bien de él, decía que era una persona que le gustaba innovar, quería que aprendiesen y progresaran", señala Amarante. Entre las anécdotas que recordaron ayer está como Cancelo les enseñaba a jugar al fútbol con una pelota hecha de trapo y como los niños cuando en el aula veían la esfera del mundo, que todavía conservan, les daba ganas de cogerla para usarla a modo de balón. También cuando cantaban la tabla de multiplicar, una manera divertida de aprenderla y que les quedase mejor.

Tras hacer un repaso por la trayectoria, en dónde no faltaron las emociones, los tres alumnos procedieron a destapar una placa en su honor. En ella aparece una fotografía del profesor en la que pone su nombre y apodo y de "1933 a 1964", "que fue el período en el que estuvo en la escuela de Soutolongo", explica la presidenta del colectivo. La placa luce en la pared de la escuela justo detrás de la mesa a la que estuvo sentado el homenajeado. A partir de entonces, tendrá ese espacio reservado en exclusiva para él.

El homenaje continuó con una comida en una carpa instalada en el lugar a la que asistieron unas 70 personas y por la tarde, el ritmo musical corrió a cargo del grupo de acordeones de Silleda.

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