Los trabajos en el Castro de Doade concluyeron ayer con nuevos hallazgos y el deseo de los arqueólogos que en él trabajaron de poder seguir haciéndolo. "En caso de que haya financiación y de que se dé una siguiente fase, a nivel científico nos queda por localizar la entrada, la zona de acceso al castro, y a nivel museológico queda muchísimo por hacer. Habría que avanzar en la museografía de la zona habitacional y mucho que trabajar en ello", explicó Vanesa Trevín Pita, responsable de la excavación en este importante castro lalinense. De todas formas, la especialista en arqueología añadió que trabajos como el de Doade "son excavaciones autoconclusivas porque cada año hay una financiación que permite hacer los trabajos. Si eso sigue así el año que viene, se podría continuar en esa línea de investigación. De lo contrario, la labor que se está haciendo de mantenimiento y de explicación de todo lo que llevamos excavado durante estos cinco años, tal y como se está realizando, es tan importante que aunque quedaran detenidos los trabajos, en principio solamente nos quedamos científicamente sin saber el capítulo final pero hablamos de un castro que se está gestionando muy bien en uno de los elementos mejores que tenemos en Galicia. Se hace un mantenimiento casi diario".

Por lo que respecta a las conclusiones de la última excavación realizada en Doade, Trevín explicó que "el año pasado los resultados fueron como muy grandiosos, y este año lo fueron un poco más normales. Hicimos tres sondeos, uno para localizar la zona de la entrada, otro cerca de la zona habitacional y un tercero en el tercer foso localizado con la prospección geofísica. En cuanto a las conclusiones preliminares te puedo decir que el tercer foso está hecho de una manera un poco menos cuidada que el resto de los otros dos, y eso nos hace pensar que se construyó de forma menos premeditada, en un momento en el que a lo mejor tuvieron algún problema o crisis y decidieron construirlo por si acaso". La arqueóloga añadió que "en la zona de arriba se hizo un sondeo en un lugar pegadito a la muralla pero fuera de la zona de habitación. Por eso este año al alejarnos de la zona habitacional no tenemos un volumen de materiales tan grande como otros años. Ahí lo que tenemos es una secuencia de varios momentos de construcción relacionados con el levantamiento de la muralla. Nos aparece por un lado la cara interna de la muralla y por otro una serie de negativos que nos hablan sobre los drenajes, los anclajes para algún tipo de andamiaje, etcétera. Era un sitio para trabajar."

Por otro lado, en Doade los arqueólogos tienen todavía una espina clavada, tal y como reconocía ayer la responsable de la excavación: "La localización de la zona de la entrada se nos sigue resistiendo. Lo que nos apareció fue muchísima más cara de la muralla y algún material. Por ejemplo, nos apareció una pieza de hierro que podría formar parte de algún arma, pero no sabemos muy bien la época. Si fuese romana o romana tardía estaríamos ante una pieza importante pero si es posterior no sería tan interesante. De momento, nos reservamos porque es pronto para sacar conclusiones. Además, tenemos un pequeño pendiente que apareció en uno de los agujeros de poste próximos a la zona habitacional que es de bronce y tiene algo de decoración en una de sus esquinas. Estas dos piezas creemos que pueden ser lo más representativo de esta campaña", aseguró la arqueóloga Vanesa Trevín.

La directora de los trabajos concluyó diciendo que "además del tema científico, lo que más destaco es que en esta campaña tuvimos la oportunidad de hacer un registro muy bueno. Tuvimos dentro del equipo un experto para cada área, que se ocupó de cuestiones específicas como materiales, registro de fotografías o de unidades. Y que terminamos un poco en tiempo porque normalmente siempre vamos corriendo. Eso para mí es importantísimo porque te permite reflexionar en campo. Tenemos ya los materiales limpios y preparados investigarlos, un montón de información recogida y una asimilación que no tienes cuando tienes mucho más volumen. Logramos hacer todo el conjunto del trabajo en campo, y eso para cualquier proyecto es impresionante".

El equipo que capitanea la joven arqueóloga de Ortigueira estuvo formado por un total de cinco arqueólogos, tres técnicos de sondeos y una geramóloga, además de cinco personas de prácticas del máster de la Universidad de Santiago de Compostela y un par de investigadores, uno de Brasil y una chica de Portugal, que pasaron unos días en el yacimiento de Doade para echar una mano en los trabajos de interpretación. Todos esperan que las ayudas económicas no fallen a partir de ahora y poder concluir unos trabajos con los que recuperar la memoria prehistórica de un lugar de Lalín tremendamente activo durante casi toda la Edad de Hierro.