Deza es, sin duda, una de las comarcas gallegas en las que el sector agroganadero tiene un mayor peso sobre su economía, aunque esto no evita que este territorio formado por seis municipios del norte provincial se comporte como buena parte de los gallegos, donde los servicios son los que siguen siendo clave para el mercado laboral. Una vez que bajo este epígrafe entra un amplio abanico de cotizantes, este gremio es el que más desempleo genera, pero a la vez el que más contribuye, en plena recuperación de la economía, a aminorar los censos de personas que todavía están a la espera de una oportunidad laboral.
El 75% de los contratos de trabajo suscritos en el primer trimestre del presente año corresponden a los servicios, donde se concentran exactamente 1.909 de los 2.544 acuerdos laborales formalizados en la primera parte de este ejercicio. Si comparamos este período con el mismo, pero de hace cinco años, el protagonismo del sector servicios en la economía dezana no solo se mantiene sino que incluso, en términos absolutos, se incrementa en un punto porcentual. Y todo ello teniendo en cuenta que en el primer trimestre de 2014 y de enero a marzo de este año hay una notable diferencia en las contrataciones cerradas, una vez que ahora son un millar más de las 1.508 de entonces. Con estas cifras, en el primer trimestre de cinco años atrás las altas laborales en los servicios suponían el 74 por ciento.
Si echamos un vistazo a otros grupos de cotización detallados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) y establecemos la misma comparativa -del primer trimestre de este año y del de hace un lustro- ahí se constata que Deza se sigue lamiendo las heridas de una crisis económica que machacó a gremios como los de la industria o la construcción. Si antes la industria representaba 17 de cada 100 contrataciones, ahora esta cifra cae en cuatro puntos porcentuales. La construcción promovía cerca del 9% de los acuerdos laborales y ahora apenas alcanza seis de cada cien. Y el agro podemos decir que se mantiene, con el 6% de los acuerdos laborales cerrados.
El último balance de las contrataciones por municipios indica que en Lalín se formalizaron, entre enero y marzo pasados, un total de 1.328 con la siguiente distribución: agro (67), industria (188), construcción (85) y 988 para los servicios. En Silleda son un total de 649, de las que 49 corresponden al agro. Industria (77), construcción (31) y servicios (492) se reparten el resto. En Vila de Cruces se cerraron exactamente 123 contratos de trabajo, de los que una quincena fueron para el agro, industria (33), construcción (15) y 236 en servicios. Este sector concentra 85 de los 123 absolutos de Rodeiro, con una quincena para el agro, 14 en la industria y 9 en la construcción. En el caso de Agolada los datos oficiales indican que en esta localidad hubo 118 acuerdos de trabajo, con 90 altas en los servicios, 11 en la construcción, 14 para la industria y solamente 3 para trabajadores del agro. Finalmente, en Dozón constan 27 contrataciones en los primeros tres meses del presente curso. Fueron 18 en el sector servicios, 3 en la construcción, seis en la industria y ninguna en el agro.
La temporalidad es otro fenómeno del que Deza no es capaz de escapar, pues solamente cinco de cada cien contrataciones formalizadas corresponden a acuerdos laborales indefinidos; el resto son por tiempo determinado, en sus distintas variables o modelos de contratos. En Lalín las altas sin un período concreto de relación laboral entre el trabajador y el empleador fueron 69 de 1.328. En Silleda son 28 de 649 y 22 de 299 en Vila de Cruces. En Rodeiro, 4 de las 123 totales y en Agolada, 5 de 113. Finalmente, en Dozón, de los 27 contratos cerrados en el primer trimestre del año, solo 3 son de carácter indefinido.
