La naturaleza es sabia y siempre echa mano de la cadena trófica. Por eso, aumentaron los nidos de abejero europeo, un depredador natural de la vespa velutina. Aumentaron, también, el número de polluelos por nido, gracias quizá a ese aumento de alimento que supone la Vespa velutina. Pero el trabajo de esta ave migratoria no es suficiente para controlar el avance de la especie invasora. El presidente de la Asociación Galega de Apicultura, Jesús Asorey, apunta que hay alternativas que aún están en ciernes, "como las feromonas de confusión sexual o un virus letal que encontraron los chinos y que resulta letal para muchos insectos". Las feromonas se esparce en las zonas donde se realiza la fecundación y atraen a los zánganos, con lo que las reinas quedan estériles, sin fecundar. "Son trabajos a muy largo plazo, hace falta investigación y la Xunta solo está por la labor de trampeo y atrayentes", lamenta Asorey. Recuerda que suelen eliminarse solo el 10% de los nidos que existen en realidad, así que si el año pasado se erradicaron unas 24.000 colmenas, la cifra de las que llegaron a construirse es bastante más grande. Y pensemos que en cada colmena pueden vivir hasta 15.000 individuos.

El verdadero avance de la avispa asiática se verá durante el verano, cuando con los nidos secundarios ya en marcha, las obreras empiecen a buscar alimento en las colmenas de las abejas autóctonas. Por de pronto, "encontraron reinas incluso en las montañas de Lugo", una zona que por ahora se mantenía al margen de la presencia de esta invasora, al igual que la zona este de Ourense. Asorey recomienda que a partir de julio los apicultores comiencen a colocar arpas eléctricas junto a sus colmenas, para evitar los ataques. Bajo las arpas, es recomendable colocar recipientes con agua, en los que caigan las velutinas tras la descarga.