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Sidra estradense para los paladares más golosos

Crean nubes, gominolas, galletas, pasteles o tentadoras manzanas con sidra de A Estrada

Nubes y gominolas con sidra ecológica estradense. /// Bernabé/Cris M.V.

La sidra está de moda en A Estrada. La tradición se ha hecho sector y, con él, la manzana y la sidra se han convertido en una cuestión de identidad municipal. La prueba es que, mientras este sábado se escanciaban más de 6.000 litros de estos caldos en la Praza da Constitución, en restaurantes y escaparates del municipio el "estradensismo" afloraba a través de nuevas apuestas para dar todavía mayor empuje a este producto local. Para muestra un bombón: pasteleros locales hicieron de la sidra materia prima y brindaron a todos los interesados una forma dulce y tentadora de paladear este elixir del manzano.

Un ejemplo de todo ello lo encarna el rincón "sidrero" que ideó la Pastelería Mimela. Antonio Sanmartín dedicó horas y esfuerzo en su obrador para diseñar creaciones que apostasen por la sidra y la manzana estradenses. Un ejemplo de ello son sus nubes de sidra ecológica de A Estrada, sin colorantes y sin aromas artificiales, o sus gominolas artesanales de manzana y sidra, bajas en azúcar.

A su brioche hojaldrado sumó Sanmartín manzana macerada en frío, añadiendo este fruto a su plum cake o apostando por empanadas de manzana macerada en frío durante 72 horas. Para quienes quieran dar un paso más en el deleite del paladar, Mimela creó su galleta rodou dou, muy crujiente y con relleno de gianduja de avellana salada e interior de pasta de pulpa de manzana y sidra ecológica, por supuesto, estradense. Asimismo, el clásico de las cañas fritas se vio reinventado con una masa enriquecida con sidra natural ecológica, una producto que tuvo un gran tirón a lo largo del fin de semana

Y, para caer en la tentación, nada más cautivador que la manzana diseñada por este pastelero: interior de manzana confitada en frío, mousse ligera de avellanas, glaseado de manzana verde y una base con hilos de chocolate. Todo un deleite para los sentidos que merece un brindis. Con sidra de A Estrada, claro.

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