El cambio climático no solo es capaz de provocar que un jet stream, una corriente de aire, se convierta en una borrasca en pleno mes de junio, o que allá por Semana Santa o incluso febrero los termómetros rebasasen los 20 grados. Estos vaivenes meteorológicos afectan a los cultivos, a la floración de frutales y, por tanto, a la producción de miel. Y hablar de miel implica hacerlo también de la Vespa velutina. Aunque el grueso de sus ataques será a partir de agosto, cuando trate de invadir y matar las colmenas autóctonas, en estos meses de primavera es evidente que el tiempo no jugó a su favor.
Las reinas salieron de su letargo a comienzos de la primavera, pero las temperaturas inestables no permitieron la construcción de nidos. En Lalín, desde marzo el GES recibió 79 avisos por avistamiento de nidos de velutinas: 63 en la capital dezana, 13 en Rodeiro y 3 en Dozón. De todos ellos, se retiraron 13, todos en Lalín. Al resto no se le tocó bien por ser de otra especie, bien por tratarse de un niño secundario sin actividad desde el otoño pasado o bien por la dificultad de acceso. En muchos casos, además, había varios avisos por la misma colmena.
Vila de Cruces, que suele tener un clima más suave que Lalín y que por tanto podría ser más apetecible para la avispa asiática, ha retirado, como mucho, una docena de nidos primarios, según indica el concejal en funciones de Obras e Servizos, Andrés Lareu. "Estamos retirando muchos menos que la primavera pasada. Eso sí, a diferencia de otros años, ahora la velutina no busca emplazamientos a gran altura, sino que incluso construye su nido en paredes de bloques o incluso en un pajar, en Salgueiros, donde intentó construir ya uno el año pasado". La retirada de nidos, en el municipio cruceño, se concentra en Salgueiros y en Fontao.
Vila de Cruces, al igual que Agolada, está clasificado como "concello colaborador" en la retirada de nidos primarios y secundarios de velutina. Por eso, ambos concellos cuentan con una pértiga, dos trajes y biocidas. En el caso de Silleda, es la Consellería de Medio Ambiente quien se encarga de retirar las colmenas. Al margen de todos estos servicios, los bomberos con sede en Silleda también están habilitados para la retirada de nidos en base al protocolo alineado con el programa gallego de vigilancia y control de esta especie, como indica el gerente de esta dotación, Juan José Muñoz.
La Consellería de Medio Rural difunde de forma periódica un mapa con los nidos detectados por municipios. A finales de mayo, en Silleda se habían quitado ya entre 26 y 100 colmenas. Este municipio está entre los que prioriza Medio Ambiente ya que tiene terrenos en Rede Natura.
Los servicios de retirada de nidos no son los únicos que detectan menos presencia de nidos primarios. Los apicultores también coinciden en esta apreciación. Desde Mel do Saldoiro, Antonio Gómez Tapia indica que "no he visto nidos primarios aunque, eso sí, en las trampas han caído muchas velutinas". La trampa que mejor funciona ahora mismo es la elaborada a base de una proporción de 5 litros de agua, dos kilos de azúcar y 50 gramos de levadura de pan. Es un método casero que complementa la labor de los líquidos atrayentes, y también más asequible.
Será a partir de este mes cuando las obreras de los nidos primarios comiencen a construir las colmenas secundarias, de dimensiones bastante más grandes. Preguntado por la producción de miel para este año, Gómez Tapia apunta que será mejor en la costa que en el interior gracias a la buena floración del eucalipto. "No tuvimos mucho calor para la floración del brezo. Habrá que esperar a ver qué ocurre con la silva y el castaño".
