Volver la vista atrás es bueno a veces. Ya lo dice la canción. En este caso no para zambullirse en el baúl de los recuerdos pero sí para percibir la trayectoria que describe el resurgir de la cultura sidrera en A Estrada.

Era difícil de vaticinar hace tan solo una década lo que ha sucedido en el municipio estradense con la sidra, al abrigo de un sector de la manzana que se ha revelado como un campo que conviene cultivar y mimar. Y mucho. Las imágenes de la octava Feira da Sidra dejan patente el empuje de una actividad que crece, florece y termina escanciándose para dejar muy buen sabor de boca.

Cada uno de los siete sidreros locales que representaron al municipio en el certamen celebrado ayer dedicaron la jornada a que el público conociese su producto y todas sus variedades. El contacto directo con el consumidor final les permite recabar impresiones y exhibir el potencial de este elixir estradense.

Ribela, Peroja, Camino, Torres de Moreda, L.P., Sidra de Vea y A Sobreira ofrecieron sus caldos a los cientos de personas que se agolparon tras la barra con el vaso en la mano, listos para prestar su paladar al trabajo que estos sidreros han realizado en los últimos meses y ofrecer su veredicto. Los vasos no pararon de llenarse y las botellas se secaron una tras otra, así que el aplauso es evidente.

En estos momentos A Estrada cuenta con tres lagares con el correspondiente registro sanitario y dos más caminan hacia su consecución. Hacer sidra con manzana estradense y elaborarla en el propio municipio es un camino que muchos han decidido emprender de manera profesional, aunque sea desde la humildad y sin despegar los pies del suelo.

A mayores, el sector percibe el empuje turístico que acompaña a esta resurgir de la tradición. Manzanos en flor, proceso de elaboración de la sidra o catas llaman cada vez la atención de un público más amplio, que encuentra en estos lagareros apuestas para todos los gustos, incluso para aquellos que prefieren disfrutar de esta tradición sin alcohol.

La buena sintonía existente en el sector estradense es evidente. Una para todos y todas para una. Por la sidra y para la sidra. En la tarde de ayer escanciaron sus caldos y brindaron por que el fruto del manzano siga madurando en A Estrada y convirtiéndose en un jugo que evoque tradición y artesanía pero también innovación y futuro. Mucho futuro.