En la vida, "fiestas, aficiones, trabajos" y "sueños" comienzan siempre con "esfuerzo, ganas, ayuda, dedicación y cariño". Así lo dijo el pregonero de la Festa do Año ó Espeto de Loimil, el campeón gallego de Supersport de 600 cc de 2014, Alfonso Vázquez Millán, al final de un pregón en el que repasó la historia de la fiesta y su propia trayectoria.

Ambas empezaron "poco a poco" pero cumplieron sus objetivos. La Festa do Año ó Espeto nació en 2002 de la mano de tres vecinos que pensaron que, dado el carácter agrícola de la parroquia y que en su iglesia había un San Isidro, deberían honrarlo con una fiesta. Año tras año, los vecinos organizadores delegan el asado de los corderos a los maestros asadores de Moraña. La asociación vecinal -que este año asumió la organización- lo ha vuelto a hacer. El maestro asador morañés Suso García y sus ayudantes llegaron ayer a Loimil a las 5.00 horas. Prepararon las brasas y a las 8.00 horas, iniciaban el asado de los corderon, también con cariño y dedicación. Periódicamente untaban los corderos con una salsa a base de aceite, sal, vino, agua y un toque de... "misterio". No desvelaron su secreto. Pero los comensales pudieron comprobar que también ellos tiraron de esfuerzo y cariño.

Por eso, los más de 135 kilos de nueve corderos que elaboraron le supieron a gloria a los 350 afortunados que ayer pudieron degustar el Año ó Espeto de Loimil y las raciones de pulpo de Constante. Aunque la comisión intentó acoger a todos los que deseaban asistir, finalmente, resultó imposible. Y hubo rezagados de última hora que el año próximo deberán ser más rápidos.

Puede que deban emular a Vázquez Millán, a quien ayer el presentador Pablo García le hizo entrega -en nombre de los vecinos de A Estrada- de una placa de reconocimiento por su trayectoria y su labor de divulgación del motociclismo dentro del municipio de A Estrada.

La de Alfonso Vázquez Millán es la de un vecino más con una gran pasión: las motos. Vio cumplido su sueño de ser piloto. En 2014, tras una accidentada temporada en la que carecía de moto y medios para correr , puede que San Isidro le ayudase, admitió ayer: un equipo portugués le reclamó y concluyó la temporada como campeón gallego de Supersport 600 cc y quinto del Campeonato Nacional Portugués. Así se vio cumplido el sueño de un niño que, gracias a sus padres, se subió por primera vez a una moto cuando los pies aun no le alcanzaban el suelo; siendo joven compartía moto con entre 10 y 15 amigos; y que en 2011 entró por primera vez como aprendiz en un circuito. Su historia demuestra que, como en la Festa do Año ó Espeto, el esfuerzo y la dedicación son claves para ver convertidos en realidad los mejores sueños.