Pescadores de A Estrada secundan una recogida de firmas que se está fraguando en el ámbito autonómico para alegar al borrador de la nueva Lei de Pesca Continental de Galicia que la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda elevó el pasado 2 de mayo al Consello da Xunta para someterlo a su aprobación y poder continuar con su tramitación. Según los impulsores de la recogida de firmas -entre los que figuran el presidente de la Asociación Gallega de Sociedades y Establecimientos de Pesca que aglutina a 34 entidades de las cuatro provincias gallegas, Pepe Casal; y el experto estradense en pesca Salva Ortega, alma mater de la web As Orillas do Ulla- el nuevo texto legislativo traería consigo graves perjuicios para la pesca tradicional y pasa de puntillas por asuntos de gran interés sobre los que la Xunta debería actuar para garantizar el futuro de la pesca. Por ello, llaman a los pescadores a rubricar la gran alegación conjunta que se está preparando para presentarla antes del 10 de junio, acercándose a una de las numerosas tiendas de pesca que colaboran con esta recogida.

En opinión de Pepe Casal, la ley del 92 "era mucho más completa". "La conozco muy bien porque fui ponente de ella", explica. Aunque habla de un Plan Estratégico Gallego de Ordenación de la Pesca Continental, lo ve "un brindis al sol". "Desde el 92 todas las medidas de gestión han sido reducción de cupos y de tallas. Ahora, el cupo baja de 10 a 6 truchas y en reos, de 5 a 2 cuando "el problema del reo está en las redes. Antes vigilaba Medio Ambiente y se cogían cientos de redes. Ahora prácticamente no se vigila", asegura. Ni él ni los que se oponen al nuevo anteproyecto rechazan los avances que traiga la nueva ley. Así, por ejemplo, valoran positivamente que contemple la eliminación de tasas para jóvenes y jubilados.

Pero Casal no oculta su impresión de que el anteproyecto de Lei de Pesca Continental de Galicia ha sido elaborado "por gente que "sabe algo de legislación" pero que "no sabe mucho lo que es la situación de los ríos en Galicia" ni tampoco conoce en profundidad "ni la pesca fluvial ni las inquietudes de los pescadores" que la practican. A ello atribuye que el nuevo texto legislativo sea un "totum revolutum" que "pasa muy por encima de temas" de vital importancia e incide en otros con efectos muy nocivos para la práctica deportiva tradicional, la pesca con muerte que practica una amplia mayoría de los 46.000 pescadores gallegos.

Esta cifra ya es dramática si se tiene en cuenta que "pasamos de 100.000 a 46.000 licencias en tan solo una década", apunta. Y las previsiones a corto y medio plazo no son halagüeñas. "La población gallega es muy mayor y los pescadores, más. Hubo muy poco relevo generacional. Es muy difícil aprender a pescar si no hay mucha pesca" y no la hay, apunta. "El problema es el deterioro de los cauces fluviales", asegura. Es precisamente ahí donde entiende que debería incidir la nueva ley en vez de dejar en manos de Augas de Galicia ese tipo de cuestiones. "Sería muy importante que fuese Medio Amniente quien tomase las medidas". "No se habla de aprovechamientos hidrológicos ni de cauces ecológicos. Pasa de puntillas", indica. Tampoco recoge "nada relativo a contaminaciones más allá de referencias genéricas" y ello podría "crear problemas para la labor de los agentes facultativos medioambientales. Cuando las cosas se dividen en dos consellerías, malo. Pasa con la vigilancia de las rías".

Así, por ejemplo, apunta que entre noviembre y diciembre del pasado año la Consellería del Mar recogió 17 kilómetros de artes de enmalle (redes, fundamentalmente) en las rías gallegas. "El reo, una especie migratoria que vive cerca de la desembocadura de los ríos, es la que más perjudicada sale de la existencia de esas redes", asegura.

También le preocupa el mal estado del fondo de los ríos. "Cuando hay contaminación, independientemente de la muerte de las truchas y otros salmónidos, el problema es que el fondo del río se ve tan aectado que tarda muchísimos años en recuperarse". Urge tomar medidas.

También le preocupa que no se hable de las especies invasoras como el cormorán o el visón, que "hacen muchísimo daño" a la pesca fluvial" y, en cambio, se prohíba a los pescadores pescar con plomos aduciendo que contaminan".

Salva Ortega discrepa. "No hay ningún estudio que marque que hay ese tipo de sustancias contaminantes en las aguas fluviales. No aparecen valores extraños en plomo. De la forma que lo usamos nosotros no se deshace, es macizo. No es como el plomo de la pintura o los sulfatos, que se diluye con el agua y es altamente contaminante", asegura. En Galicia somos pescadores tradicionales y siempre se llevó pescar a miñoca. La usamos todos con dos o tres plomitos. Si pierdes un poquito es anecdótico". "Nada que ver", indica, "con la mina de Touro o las depuradoras".