Llevan medio siglo al frente de varias parroquias dezanas, y todo apunta que estos tres sacerdotes seguirán ejerciendo su trabajo durante varios años más, ya sea por sus ganas como por la crisis de vocaciones que padecen todas las diócesis. Emilio Alvito García Fente, Manuel Cibeira Lorenzo y José Antonio García Otero fueron ayer los protagonistas de un homenaje, en el salón de actos del seminario lucense, por sus 50 años de entrega. Junto a ellos, compartieron este día tan señalado (aunque en realidad comenzaron su carrera el 16 de junio de 1969) otros cuatro sacerdotes: José María Huertas Hermida (párroco de Ribeira de Piquín); Jesús López Pérez (de San Pedro de Lugo), José Argul Folgueiras (de Friol y Manuel Val Varela (colaborador de San Antonio de Monforte). Además, el cura de Palas de Rei, Juan Antonio Fraile Gómez, y Eduardo Funcasta, del Sagrado Corazón de Lugo, también festejaron sus bodas de plata sacerdotales.

La jornada, en la que además se honraba a San Juan de Ávila, el patrón del clero, arrancó con una conferencia sobre este santo, a cargo de Francisco Javier Díaz, párroco de Santa María Madre de la Iglesia, de Jaén. Fue en la eucaristía posterior, a la que acudió el obispo, Alfonso Carrasco Rouco, donde se rindió homenaje a estos siete sacerdotes, cuya carga de trabajo fue aumentando en los últimos años. Basta con ver las responsabilidades de los tres dezanos. Emilio Alvito García (1946, Guillar, Rodeiro) lleva a día de hoy 10 parroquias: además de la lalinense de Alemparte, se encarga de Asperelo; Camba; Río; Riobó; Rodeiro; Senra; Guillar; Negrelos y Pedroso, en Rodeiro. Llegó a su municipio en 1980, después de encargarse de Santa Isabel de Enciñeira (Quiroga) y San Martiño de Peites (Ribas de Sil).

Manuel Cibeira (O Castro, 1945) está al frente de la parroquia lalinense de Catasós y siete de Dozón: A O, Sanguiñedo; Saa; Dozón; Bidueiros; Maceiras y Vilarello. Por último, José Antonio García Otero (Moimenta, 1945) lleva una decena de parroquias. Vino para su parroquia natal en 1988, para encargarse además de Santa María de Parada, en Lalín. Desde 1992 es responsable diocesano de la catequesis de adultos.