Se define a sí misma como una mujer inquieta. Cruz López Martínez es una polifacética mujer de letras por formación y, también por vocación, pero a ello une desde hace un tiempo su pasión por el diseño de bisutería bajo la marca de Planeta Tres Zetas. Esta mujer lalinense afincada en Vilagarcía de Arousa divide su tiempo entre la bisutería, la comunicación y el mundo digital.
-¿Cuándo decidió dedicarse al diseño de piezas de bisutería?
-Tengo que reconocer que fue algo totalmente anecdótico. Todo comenzó con una familiar un día que estaba haciendo unos pequeños regalos y me puse a echarle una mano. Ella fue la que me dijo que no se me daba nada mal y de forma totalmente autodidacta empecé a hacer complementos que regala a algunas de mis amigas más íntimas. Pero, a partir de ahí, debido al éxito que tuve con todas ellas fue cuando me planteé formarme de una manera más seria. Fue cuando estudié gemología en el Mestre Mateo y en la Escuela de Joyería del Atlántico, además de otros cursos distintos sobre el tema completando una formación muy plural en cuanto a diseño y técnicas tradicionales. Lo que pretendía realmente era buscar mi propio estilo.
-¿Por qué le puso Planeta Tres Zetas a su marca de piezas de bisutería?
-Es muy fácil. La zeta es la última letra de mi nombre completo y lo del planeta viene de que mi madre desde que soy pequeña siempre me decía que bajara de mi planeta particular. Así que no podía ser un nombre más apropiado que el que le puse a la marca.
-¿Esperaba que le fuera tan bien en un sector tan competitivo?
-Si te soy sincera, no. Siempre fue un proyecto muy personal y como complemento de un trabajo vinculado a la administración. De hecho, ahora mismo estoy en la administración, y esto era una actividad en paralelo a la que dedicaba todo mi tiempo de ocio y mi tiempo libre. No por no por no ser mi principal actividad económica principal era secundaria. Ahí destinaba todo: energía, esfuerzo económico y demás. Siempre me sentí recompensada porque te puedo decir que tengo clientas desde hace muchísimos años que me son muy fieles. Llegué a vender en muchas tiendas de Pontevedra, Santiago y en Lalín hasta prácticamente las pasadas navidades. Lo que me pasa ahora es que estoy en un momento que no tengo tiempo y lo que hago es formarme. Mi problema es que no me da para formarme y ejercer otras actividades a las que me dedico. Llego como unos cuatro meses, más o menos, con una actividad más relajada porque tampoco podía mantener el ritmo que llevaba hasta ahora en mi vida.
-¿Realiza en solitario todo el procedimiento de creación, realización y distribución de las piezas?
-Sí, el proceso completo es cosa mía. No es subir al taller y poner cuatro grapas y tira para adelante. Hay que pensar en el diseño, hacer el dibujo, probar como queda, combinar materiales, etcétera. Exige una especialización y un tiempo que ahora en estos meses no tengo. Así que, lo que estoy haciendo es aprovechar para formarme y también para evolucionar. Lo que me sucede en el mundo del diseño es que cada cierto tiempo necesito coger un poco de distancia y probar cosas nuevas porque pienso que es algo necesario en este sector tan complicado.
-¿Cómo hace para mantenerse al día en las nuevas tendencias?
-Siempre que hay ferias de joyería procuro ir. En especial a dos que hay a principios de año y en el mes de septiembre, que son ferias en las que puedes ver materiales. A mi me gusta mucho el mundo de la piedra y, sobre todo, la investigación en nuevos materiales. También me interesa el tema de los materiales ecológicos y el reciclaje, que es lo que me llama más la atención desde hace algún tiempo. Procuro dos veces al año asistir a estas citas y estar al tanto de lo que hacen otros compañeros, sigo su evolución e incluso me formo con ellos. Si te gusta, esto es un aprendizaje constante, no puedes quedarte para nada en absoluto.
-¿La alta bisutería ya está a la par de la joyería en cuanto a diseño?
-Una parte muy importante es el diseño y la capacidad que tú tengas con ese diseño para hacer que una mujer sienta que lleva una pieza exclusiva y que está hecha para ella. La mía es una mini empresa y nunca tendré una fabricación grande en cuanto a piezas. Todavía más, te puedo decir que la mayor parte de mis diseños son piezas únicas porque realmente para mi lo más atractivo del proceso es diseñar esa pieza. Si tengo que hacer una segunda unidad de ese modelo ya me cuesta. Puedo hacerla porque a veces en términos económicos, aunque sólo sea para tener una pieza en cinco tiendas de cinco ciudades diferentes. Realmente, lo que me mata del proceso es la repetición porque lo que de verdad me gusta es el diseño y la innovación. Trabajo mucho con encargos personalizados. Hay varias novias que escogieron piezas de Planeta Tres Zetas para ese día o personas que han hecho un regalo con motivo de una jubilación para alguien muy especial, que acuden a mi para que les diga qué podríamos hacerle para esa persona en concreto. Ese tipo de retos para un artesano o un diseñador son muy gratificantes. Sabes que nunca vas a poder competir con las macro empresas de joyería. Eso hay que tenerlo claro desde el principio y, la verdad, a mi es algo que nunca me gustaría porque esto es distinto.
