Nunca se puede hablar de locales malditos o de calles malditas para un negocio, a pesar de que todos conozcamos establecimientos que nunca acaban de arrancar y que cierran al cabo de pocos meses, aunque sus sucesivos arrendatarios los destinen a negocios distintos. Lo que ocurre con empresas que no logran el éxito, en realidad, se debe a la reducción del consumo y a la imposibilidad que tiene el comerciante de cubrir gastos. Los expertos del sector también recalcan la importancia de escoger la ubicación en función del producto que se ofrece y del cliente que se busca. Ayudan, además, cuestiones urbanísticas: un local suele tener más éxito si está en la esquina de dos calles, pegado a un paso de peatones y a ser posible en la acera derecha de la rúa, porque tendemos a mirar más hacia ese lado.