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Cobideza estrena retos a sus 25 años

Celebra sus bodas de plata con 300 socios y una plantilla de casi 60 trabajadores

Román Santalla y Antonio Crespo, en la inauguración del almacén de Cobideza en 1994.

A mediados de los 90, el modelo de producción lechera que dominaba en Europa era el régimen intensivo, sometido a una cuota láctea y con vistas a cubrir la oferta del resto del país, que por algo Galicia es el primer productor de España. Hoy, poco a poco se va asentando en la mente del consumidor que no tiene sentido consumir un queso o un tomate que ha viajado más que uno mismo (hay alimentos que vienen de Holanda, de Marruecos, de Sudáfrica), y que cualquier producto artesano o ecológico es más caro porque, simplemente, se ha elaborado a su debido tiempo y con un profundo respeto por los animales y su entorno.

Es la filosofía por la que apuesta Cobideza, que arrancó en 1994, en plena expansión de la agroganadería intensiva, y que ahora, tras cumplir 25 años, tiene ya entre sus miembros a cinco ganaderías que producen bajo el sello ecológico "y que ya empiezan a ganar dinero", como explica su presidente, Román Santalla.

Este apoyo a las pequeñas y medianas ganaderías es uno de los retos "que tenemos para el próximo quinquenio", unidos al respaldo del comercio local. Porque se trata de eliminar la huella de carbono de los alimentos comprando en los proveedores más cercanos. Una actitud que está calando ya entre los consumidores urbanitas, "con los que podemos generar muchas sinergias".

Pero los productores no pueden cultivar alimentos sin la base territorial, otra de las metas inmediatas de Cobideza. "Los servicios que queremos prestar a nuestros ganaderos van ligados a la disponibilidad de tierras. A nivel gallego, existe la falta de relevo generacional en las granjas, y en nuestro caso procuramos que las tierras que de repente quedan sin cultivar puedan ser gestionadas por las explotaciones más cercanas o de la misma aldea", apunta Santalla, quien recuerda que los socios tienen que centrarse ahora "en producir" ya que la cooperativa se encarga de los servicios de maquinaria y venta de leche. Para la dotación de maquinaria estudia una fusión con la Sociedade Cooperativa Agraria Galega Mopán, de Monterroso. Preguntado por si la distancia es un problema para fusión, Santalla es tajante. "Hacemos una agrupación desde Forcarei y Silleda pasando por Lalín, Agolada, Cruces y Antas, para llegar a Monterroso". Recuerda a las cooperativas dezanas que está pendiente una gran agrupación, que haga fuerza contra gigantes como Clun o Aira.

Cobideza, que nació con unos 15 socios, tiene ahora 300 explotaciones y una plantilla de unos 60 trabajadores, incluidos los transportistas de leche. Es más, en la cooperativa ya están trabajando los hijos de varios socios que hicieron posible su nacimiento. "Hay incorporaciones de jóvenes al agro, no tantas como yo quisiera, pero sí existe una cantera".

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