La Concellería de Cultura de Lalín organiza organiza mañana en el Círculo de Recreo Casino, a las 20.30 horas, una actividad que consiste en la presentación del libro de los historiadores Txema Uriarte y Aline Soberón "Viñetas de 1936 para el recuerdo", un repaso a los dibujos publicados en los periódicos de Bilbao entre febrero de 1936 y junio de 1937. Uriarte atendió ayer a FARO DE VIGO antes de emprender viaje a tierras dezanas.
-¿Costó mucho recopilar este tipo de documentos artísticos?
-Cuando estábamos estudiando y trabajando con la hemeroteca del País Vasco durante la Guerra Civil nos dimos cuenta que de vez en cuando aparecía alguna viñeta, pero creo que hasta ahora no habíamos caído en la gran cantidad de ellas que había en la prensa escrita de Bilbao. Esa ha sido nuestra máxima sorpresa. Había bastante gente trabajando el tema, pero hasta ahora no se le había ocurrido a nadie juntarlas y hacer con ellas un corpus especial. Esa ha sido un poco la idea que hemos tenido y con la que hemos hecho el libro.
-¿Aparecen en ellas influencias de los ismos artísticos de la época?
-Todas las corrientes que están en ese momento en Europa en auge, tanto el surrealismo como el puntillismo e incluso un poco de cubismo, aparecen en algunas viñetas. Sin embargo, otras son mucho más lineales y mucho más sencillas. Sí que tenemos algunos dibujantes donde algunas de sus viñetas parecen picassianas, como es el caso de Utrille. Y otro, Ugalde, tiene unos dibujos excelentes muy próximos al puntillismo, con líneas perfectamente trazadas y eran unos dibujos excelentes. Algunos están influenciados por todas las corrientes artísticas del momento, que se están viviendo con mucha intensidad. También se vive ya el nuevo realismo soviético y todo el mogollón artístico de esa época porque en toda Europa había una gran efervescencia en ese ámbito.
-¿Hay algún nexo de unión entre ellas, además del evidente sobre el momento histórico?
-Más que reírse de la propia guerra, lo que intentan es hacerle un guiño al lector. Los dibujantes del 36 en Bilbao no son como el resto de los que conocimos después, como El Roto o Forges, que son personas o dibujantes que se alejan un poco de la situación y quieren dar una opinión propia sobre el tema. Los dibujantes en la Guerra Civil están muy a favor de la república, y no intentan tanto dar una opinión propia como animar a la población ofreciendo una visión a veces crítica del contrario, reírse un poco del enemigo y demás. Intentan también hacer humor animando a la población a que siga resistiendo. Ellos están muy involucrados en el proceso. Podríamos decir que son bastante militantes, pero de sus ideas. Hay que decir que entonces eran los partidos políticos los que estaban haciendo la mayoría de los periódicos. Había socialistas, comunistas, de la UGT, de la CNT y nacionalistas. Entonces, los periodistas y los viñetistas van a estar muy involucrados en los procesos que están teniendo esos partidos dentro de la misma guerra española.
-¿Se sabe qué fue de esos dibujantes tras el fin del conflicto?
-Te voy a ser sincero: No sabemos casi nada de ellos. Bilbao cae en junio de 1937, y en los últimos 15 días de la ciudad antes de la caída en mano de los fascistas la gente va saliendo en masa y es todo un desastre. En esas últimas semanas es cuando perdemos la pista de los dibujantes. Yo sé que uno se llama Argüelles y otro Ugalde, pero desaparecen cuando llega Franco. Pensamos que algunos marcharon al extranjero porque los tenemos localizados en América cuando se murieron. Los que se quedaron o desaparecieron o fueron fusilados o, aunque sobrevivieran a los castigos que les impusieron, no volvieron a contar que habían sido dibujantes. Es una pena, pero no hemos conseguido localizarlos.
-¿Las viñetas son un buen complemento para conocer la historia de lo que sucedió en esos años?
-Estas viñetas lo que nos dan es un punto de vista absolutamente distinto a lo que nos ofrecen el resto de periodistas, pensadores o historiadores. Ellos tratan de crear un sentimiento en la población de defensa. Yo entiendo que es un material fundamental pero complementario para ver qué es lo que pasó. Cada uno de los dibujos es, sin duda, un documento histórico.
