El trabajo duro tiene recompensa. La trayectoria del estradense Abel Carbajal así lo acredita. De niño jugaba a crear historias, construyendo ficción con títeres o magia. Pronto comenzó a montar en casa escenarios con muñecos de plastilina. Se preguntaba cómo crear la animación. Y, esforzándose, lo lograría con la técnica de la stop motion. Con tan solo 14 años este joven estradense -al que el arte le viene de familia-ideó su primera película, el cortometraje policíaco Te pillé, que desarrollaría con 15 años y estrenaría en el Teatro Principal con tan solo 16. Por aquel entonces, era alumno del Bachillerato Artístico del IES Manuel García Barros. En su Taller de Creación Artística, se curtiría encargándose de la edición y los efectos especiales de Dairas, la producción y montaje de Animais Artificiais y la edición y efectos de Pedigree. Acabaría segundo de Bachillerato con matrícula de honor y, entonces, siguiendo su vocación, inició en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Barcelona los estudios que culminaría el pasado año, tras haberse especializado en "Efectos visuales y animaciones". Ahora, con tan solo 22 años e inmerso en su proyecto de fin de carrera, acaba de recibir la llamada de Laika, un estudio de animación stop motion especializado en largometrajes que es referente mundial en su sector.

La firma ha visto minuto y medio de la animación en stop motion que Abel Carbajal lleva un año y ocho meses haciendo para crear la ilusión de movimiento de su trabajo de fin de carrera, un corto de 5 minutos realizado con muñecos. Los que consideraba sus mejores planos le abren ahora las puertas de la meca de la animación.

El estudio le ofrece un contrato en prácticas para este verano en sus instalaciones de Portland, en el estadounidense estado de Oregón. "Si todo va bien" y supera las pruebas que le pongan, Abel Carbajal intuye que podría"echar una mano" en su departamento creativo. Ganas no le faltan.

El niño estradense que soñó un día con convertirse en director de cine, ya con el título bajo el brazo, sueña ahora con convertirse en el mejor animador. En mayo impartirá un seminario de stop motion a los alumnos de Animación de la escuela de Barcelona en la que estudió. Pero, humilde, quiere seguir perfeccionando su técnica. Quiere especializarse al máximo en animación stop motion de la mano de lor profesionales de una compañía que, admite, "para mí son referentes" por sus magníficas creaciones, como Los mundos de Coraline, ParaNorman, Boxtrolls o Kubo. Missing link será el próximo estreno en España de este estudio.

Llegar algún día a entrar en él era una de las "metas" que se marcaba Abel Carbajal y que ha logrado mucho antes de lo que esperaba. Si bien inició sus estudios de Cine en Barcelona con la intención de convertirse en director, ya en segundo de carrera se empezó a plantear la animación como una posibilidad laboral real. De ahí que, del abanico de 8 especialidades que le ofrecía la escuela, terminase decantándose por "Efectos visuales y animaciones". Frente a los agoreros que vaticinan que el stop motion está en peligro, Abel Carbajal cree que está en su mejor momento. Se remite al elevado número de producciones que salen adelante. En Portland, explica, este año se trabaja en tres películas de animación, una de ellas de Guillermo del Toro, una adaptación de Pinocho.

Y formar parte del equipo técnico de las próximas películas, contribuyendo a dar vida a los muñecos y, por tanto, creando ilusiones con la ilusión del movimiento, es la máxima aspiración actual de Abel Carbajal.

Ayer, en el tren que le conducía a Galicia, para disfrutar en A Estrada de la Semana Santa con su familia, se mostraba muy ilusionado con su próximo viaje a Portland para trabajar en la meca de la animación. "Laika es referente de calidad", explica. Y él, ahora, solo aspira a ser "una parte" de su magnífico "engranaje".