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Plácido Rodríguez Acevedo, "Palitos": "Hay caballos por media Europa que nacieron en O Montiño"

"Me gusta todo de ellos, pero de la pura raza española destaco su nobleza"

Plácido Rodríguez muestra, ayer, uno de los trofeos conseguidos por su yeguada. // Bernabé/Javier Lalín

Se siente orgulloso de haber venido al mundo en Donsión y bromea recordando que "en Lalín sólo hay tres parroquias que tienen el don delante, que son Donramiro, Don Freán y Santa Eulalia de Donsión". El próximo domingo en la XXI Feira do Cabalo de Lalín, Donato Plácido Rodríguez Acevedo, conocido por todos como "Palitos", será homenajeado por parte de sus compañeros caballeros de la zona.

-¿Qué le parece el homenaje que le están preparando en la Feira do Cabalo de Lalín?

-La verdad es que me alegra mucho que se hayan acordado de mi en este año tan especial. Tengo que decir que, aunque yo fui el que parió la idea de la feria en colaboración con otros amigos, creo que modestamente llegamos a sacar adelante una importante feria en Lalín. Me llena de orgullo comprobar que siga funcionando tan bien porque la pusimos en funcionamiento en una época muy cruda porque fue cuando se eliminaron lo que eran los caballos como medio de transporte en las aldeas y, también, como herramientas de trabajo en las labores agrícolas. En aquella época todo eso desapareció porque aparecieron los coches y la maquinaria agrícola, y quedaron muy pocas especies caballares en la zona. A raíz de esto, empezó a crecer la afición por los caballos y hoy se puede decir que existe un volumen considerable de personas que se dedican a todo tipo de vertientes de lo que es la cría y doma de caballos, en general.

-¿Por qué nació en usted ese gusto por la raza equina?

-Yo me crié en la aldea donde se siempre hubo caballos en la casa de mis padres y siempre fui un enamorado de esa especie, aunque tengo que reconocer que me gustan todo tipo de animales. En cuanto pude económicamente los tuve personalmente. Tuve caballos para el disfrute personal y después cambié el chip y fue cuando se me dio por la crianza en pura raza, y así llevo treinta años. Estoy muy orgulloso de todo eso porque te puedo decir que hay caballos nacidos en la yeguada O Montiño en Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y otras partes del mundo de las que ahora no me acuerdo. Hay caballos por media Europa nacidos en O Montiño y como te digo es una cosa que me enorgullece especialmente.

-¿No le tentó criar otro tipo de especies animales en este tiempo?

-A mi me gusta todo del caballo y por eso tuve claro que era lo que quería criar. En lo que concierne a la pura raza española, lo que más me gusta es su nobleza. Para entendernos, si entre los humanos nos hacemos una maldad, te la guardan y al final en cuanto pueden te la cobran, pero en este tipo de caballos eso nunca pasa. Quiero dejar claro que no se trata de maltratar a los animales, eso nunca. Pero, como te explicaba, a mi me gustan todos los animales. De hecho, antes de empezar con la pura raza española sí tuve ganado vacuno en Lugo como criador de rubia gallega porque, también, soy un amante de Galicia. Después por razones de trabajo, y como la empresa era más rentable que la ganadería, me deshice de las vacas y me dediqué sólo a los caballos.

-Sin embargo, no debe ser nada barato tener una yeguada.

-Recuerdo que cuando los tiempos se pusieron realmente difíciles durante el bajón del ladrillo, como suelo decir yo, había que echarle mucha moral a la vida para aguantar el tirón. Date cuenta que en esos años en casa había unas dieciséis yeguas de vientre, de las cuales sólo se cubrían tres o cuatro animales porque no había a quién venderlos. Conozco amigos que tenían ganaderías importantísimas, de muchísimo valor, y que tuvieron que sacrificarlas porque económicamente no se daban salvado. Yo fui soportando la situación a trancas y barrancas porque me costó un dinero importante, pero hoy se vuelven a aliviar los gastos. No se tienen grandes beneficios pero se pueden afrontar los costes que supone mantener una yeguada como la nuestra que está en Oleiros.

-¿Hay yeguada para rato?

-Espero que sí porque mi hijo seguirá con ello salvo sorpresa. Es un gran aficionado al mundo de los caballos, algo que nunca le debí meter en el cuerpo, pero como se crió entre ellos y le salieron los dientes viendo nacer caballos y montándolos, estoy confiado en que pueda seguir con la ganadería en el futuro. Él es un gran enamorado de esta actividad y lo está haciendo muy bien en el extranjero.

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