La batalla por tener acceso a una educación de calidad y en igualdad de oportunidades, comenzó en octubre cuando la hija de Maica rompió el brazo. "Este incidente se puso en conocimiento de Inspección educativa pero recibimos silencio administrativo". Así que la cruceña decidió coger el teléfono para contactar directamente con este organismo y comunicarle que el cuadro de apoyos es insuficiente, "pero no reconoce tal demanda y alega que no disponen de recursos por falta de dinero". Tampoco reciben respuesta del Valedor do Pobo.

En enero, se reúnen con la Asociación de Nais e Pais del colegio "que prometió tomar medidas, pero no hizo nada". Ese mismo mes, un equipo de atención temprana del Clínico de Santiago emitió un informe de falta de apoyos y de atención a los niños. En febrero, ponen en conocimiento telefónico con el equipo de orientación específico de A Coruña la insuficiencia de apoyos, pero los resultados continúan siendo los mismos. Será en marzo cuando envían un escrito a Inspección educativa con copia a la Consellería de Educación y al responsable territorial de Inspección educativa de A Coruña, inician contactos con distintas asociaciones de sordos, de discapacidad, con el sindicado CIG Ensino "que se supone que son defensores de la enseñanza pública", pero nadie presta su ayuda, según Lodeiro. Solamente se interesaron: la Confederación Galega de Persoas Con Discapacidade (Cogami) que solicitó una reunión con Educación, la Confederación de Anpas de Colexios públicos de A Coruña (Confapa) que enviará la queja a responsables de Educación, la Asociación de Pais con Nenos Xordos de A Coruña (Anpanxoga), que lo hará a través de las redes sociales y Erguer, sindicato de estudiantes de la Universidad de Santiago (USC), que transmite la situación en redes y en prensa.