El alcalde de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes, hizo balance de sus cuatro años al frente del Concello tras tomar el relevo de José Antonio Landín, en el que destacó la dinamización de la cultura en el municipio, así como los pasos para mejorar los servicios tanto en el abastecimiento de agua y saneamiento, los avances en los polígonos industriales. También recalcó la "apertura a los vecinos de la administración local".

"Veníamos de 32 años del PP y de un alcalde con un estilo muy peculiar y la gente pensaba que no había otra forma de gobernar", afirmó Abraldes, que considera que en los últimos cuatro años el bipartito fue "capaz de desterrar los malos hábitos del Concello, de pensar que era propiedad de alguien, y lo abrimos a los vecinos". En ese sentido, recordó las diferentes asambleas realizadas en las parroquias así como las cartas a los vecinos en las que se explicaban las inversiones del municipio.

En ese sentido, ve en la cena presentación de la candidatura del BNG que se realizará hoy a las 21 horas en el Pazo da Crega, en el que están confirmadas la presencia de 350 personas, como una muestra de la apertura del cambio en la administración local. "Landín fue el azote de mucha gente, se creó mucha crispación entre los vecinos, que haya tantos ahora que vengan a una cena del BNG es porque avalan estos cuatro años y porque cambió la situación, ahora la gente no tiene reparos en mostrar su implicación ni temor a posibles represalias", afirmó.

El regidor destacó en ese sentido que se dinamizó la cultura hasta convertir a Barro en "un referente comarcal" gracias a las asociaciones y el apoyo del Concello, "pese a contar con pocos recursos". En ese sentido, recordó la congelación de los impuestos y que pese a las inversiones se rebajó en más del 50 por ciento la deuda de la administración local en los últimos cuatro años.

El regidor se mostró realista al reconocer que a final de su mandato "quedan muchas cosas sin hacer". "Estamos poniendo en marcha la dotación de servicios, agua, saneamiento y demás, pero al mismo tiempo estamos diseñando el planteamiento urbano de San Antoniño para acabar de urbanizar", indicó Abraldes.

Así, apuntó que entre los proyectos que deja encaminados al final de su mandato está la construcción de la depuradora central, para la cual el Concello acaba de comprar el terreno, para llevar el saneamiento a todas las parroquias; las conversaciones para mejorar el suministro de agua municipal con el Pontillón do Castro o el nuevo centro médico de San Antoniño, que espera el visto bueno de la Xunta para hacer el nuevo edificio en el lugar en el que está actualmente, para modernizarlo y tener un mejor aprovechamiento del espacio. En ese sentido recordó que "no se va a dar ni un pasó atrás en los servicios que tenemos", en referencia a que se mantendrá el puesto de pediatría.

Otro de los proyectos a abordar es la creación de un parque público en la zona del Pazo da Crega o la instalación "en los próximos tres meses" de la fibra óptica en el polígono industrial.