Llegó a Budapest hace casi dos años. En el verano de 2017 comenzó a trabajar como guía turístico en la capital húngara y ahora se lanza a la aventura de fundar su propia empresa de rutas turísticas por una de las ciudades más bellas de Europa. El emprendedor estradense Adrián Coto Couceiro ha querido hacer un guiño a sus raíces y ha bautizado su proyecto empresarial con un nombre que deja a las claras de dónde procede parte de su familia. Se llama Soutours y, aunque sus clientes no lo sepan, cada vez que contraten un recorrido turístico por la ciudad del Danubio, lo harán con una empresa evocadora de la parroquia estradense de Souto.
Adrián estudió Ciencias Políticas. Se fue a Edimburgo (Escocia) para perfeccionar su nivel de inglés. Comenzó trabajando en la hostelería mientras incrementaba su dominio del idioma y pronto comenzaría a trabajar en la rama turística, descubriendo en este ámbito una nueva salida profesional. Decidió prepararse y someterse al examen de guía oficial. Conseguido el título, no tardaron en llegarle las oportunidades laborales. Reconoce que le atraía vivir en una capital europea y su destino terminó conduciendo sus pasos hacia Budapest para trabajar con una empresa que buscaba un guía turístico.
Con espíritu emprendedor, Adrián reconoce que durante el año y medio que estuvo trabajando para esta firma tuvo siempre la mente puesta en la oportunidad de fundar su propia empresa. Hace aproximadamente un mes dio el paso. Relata que está empezando y que los comienzos, como en todo, son difíciles. Sin embargo, está decidido a pelear para que su empresa logre situarse en las plataformas que ofrecen recorridos guiados por una de las ciudades más visitadas del mundo.
Coto Couceiro ofrece guías en español. Aunque tiene acreditación para hacerlo en inglés, reconoce que en este idioma hay más competencia y que la lengua de Cervantes es una baza importante para atender la demanda, no solo de los turistas que llegan a la Perla del Danubio procedentes de España, sino de todos los visitantes hispanohablantes a la capital húngara, que son muchos.
Adrián confiesa que desembarcó en Budapest para trabajar sin haber estado nunca en la ciudad como turista. Sin embargo, se zambulló literalmente en su historia, su cultura y su patrimonio, buscando un conocimiento profundo e interesante que ofrecer a quienes disfrutan de esta ciudad como destino vacacional. "La pateé de arriba abajo", recuerda. A todo lo que descubrió y estudió sobre Budapest puede sumar ahora un conocimiento directo como residente, una experiencia que ofrece una perspectiva distinta y enriquecedora que trasladar a quienes buscan empaparse de esta ciudad en tiempo récord.
Cuando se pregunta a este estradense con qué se queda de Budapest, qué rincón escogería, la respuesta no es fácil. Sin embargo, reconoce que un imprescindible es el Parlamento de Hungría, el segundo más grande de Europa y "un edificio espectacular, tanto por dentro como por fuera". La vena de guía turístico no tarda en aflorar, si bien cabe reconocer que para ofrecer un dato que cualquier visitante consideraría interesante conocer y fácil de retener mientras admira la belleza del edificio: "se podría haber construido una ciudad para 40.000 habitantes", explica para ahondar en el lujo de esta sede parlamentaria.
Hoy en día, cuando uno prepara un viaje el recurso a internet es de fundamental. Antes de facturar ya ha recorrido virtualmente los lugares más identificativos del destino que ha escogido. La búsqueda "qué ver en" es todo un clásico. Es en este escenario en el que las propuestas de la firma Soutours (https://www.soutours.com) encuentran un encaje perfecto. La empresa oferta una amplia variedad de tours por Budapest, desde un recorrido imprescindible para obtener una primera aproximación a la capital de Hungría a recorridos que ahondan en el pasado del país durante el siglo XX, en la llamada etapa de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, este emprendedor estradense también oferta tours personalizados, para que el turista pueda conocer "a su ritmo y su manera" la ciudad.
Emprender en tierra extraña
Si emprender no es un camino de rosas, cuando uno está en un país que no es el suyo la cosa se complica. Adrián reconoce que el idioma es, ya de por sí, una barrera. Apunta que está volcado con el húngaro pero subraya su complejidad, partiendo ya de sus 14 vocales. Añade que no en todos los organismos oficiales encuentra un interlocutor con el que poder comunicarse en inglés, de manera que lanzarse a la aventura de crear una empresa por cuenta propia exige en tierra ajena un esfuerzo añadido. No obstante, este estradense se ha lanzado a la conquista de la Perla del Danubio. Con raíces en Souto y con el estradensismo por bandera, este joven guía turístico se ha convertido en su propio jefe, recibiendo con los brazos abiertos a quienes visitan Budapest y dispuesto a desvelarles todos sus secretos.
