La instalación de cámaras de vigilancia en el centro histórico ya se ha planteado en anteriores ocasiones al Concello, pero hasta el momento sin respuesta. Miguel Lago apela, de entrada, a la ampliación de la presencia policial en las calles del barrio, así como la colaboración ciudadana con el fin de aportar pistas que permitan localizar a los asaltantes de estos últimos días. El temor es palpable entre los vecinos, que se quejan de la "inseguridad" que sienten en la zona, pero también de los ataques al patrimonio público, con agresiones a las esculturas, pintadas en numerosas paredes, incluso en los edificios religiosos. "Se trata de proteger el patrimonio privado, pero también el público", insisten los residentes y comerciantes, que recuerdan que en otras ciudades, entre ellas la de Santiago, sí hay cámaras de vigilancia en su centro histórico.

Aunque no se descarta ninguna hipótesis policial, en principio parece que el modo de actuar de los ladrones en los locales del casco viejo y en las viviendas del rural sea similar, ya que en el primer caso los asaltantes fuerzan las puertas de los establecimientos, mientras que en Salcedo se ha constatado que la banda trepa por las fachadas para acceder a balcones o ventanas altas que estén abiertas.

Sea como sea, la Policía Nacional tiene en marcha una exhaustiva investigación que permita esclarecer todos estos incidentes, al menos nueve en pocos días, y calmar la inquietud y preocupación de los vecinos, que temen que estos delincuentes repitan sus acciones.