Mayores y pequeños disfrutaron ayer con las distintas conferencias coloquio que impartió en Lalín el ferrolano Alberto Garrido Guimarey, exculturista y colaborador de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad), invitado por el Concello. Garrido centró sus intervenciones en los peligros del dopaje basándose en su experiencia personal tras 20 años enganchado a los anabolizantes.

-¿Considera su historia como de superación personal?

-Sin duda. Es el haber tocado fondo, pasado una adicción, haberte arruinado y, después, volver a resurgir y seguir para adelante. Volví a nacer porque estuve a punto de morirme por los efectos secundarios. El asunto se me fue completamente de las manos, aunque yo no le doy mucho valor porque uno en primera persona nunca ve la dimensión real de las cosas, pero volver a hacer una vida normal después de todo lo que me pasó es realmente complicado, la verdad.

-¿Por qué se dopa un deportista si saben que lo van a pillar?

-Por ambición y por conseguir tus objetivos. Tú tienes un determinado objetivo deportivo y llega un momento que haces cualquier cosa para conseguirlo. Vas cruzando líneas rojas de forma paulatina y al final te compensa siempre el alcanzar tu ansiado objetivo deportivo, que en mi caso fue el tener el cuerpo de mis sueños, y como digo te compensa cualquier cosa hasta que un día casi te mueres y digamos hay algo que hace clic en tu cabeza y te das cuenta que has ido demasiado lejos y que tienes un problema muy gordo.

-¿Nadie de su entorno le advirtió de que se la estaba jugando?

-Date cuenta de que en el mundo donde yo me movía todos hacían lo mismo. La gente que vende estas sustancias, evidentemente no te dice que son peligrosas porque lo que le interesa es tu dinero y les da igual tu salud. Es como la gente que fuma porros, pues si todos tus amigos fuman porros parece que no estás haciendo algo tan malo. Mis amigos de la infancia me lo advirtieron pero al final haces oídos sordos.

-¿Cómo se consigue salir del dopaje?

-Una vez que estás metido es complicado salir de ahí. Yo lo hice porque casi me muero. Bajé de la nube y me di cuenta de que si seguía me iba a terminar muriendo, sino no creo que lo hubiera dejado.

-Sin embargo, hay culturistas que dicen que los casos de dopaje salen a la luz porque es algo muy controlado. ¿Es así o no?

-Eso es mentira. En el culturismo no hay ningún control antidopaje. El dopaje dentro del culturismo es una cosa totalmente normalizada. Eso no lo digo yo, lo dice la Guardia Civil. El 99 por ciento de los competidores a nivel regional toman algo. Date cuenta que el dopaje lo que te da es fuerza y masa muscular, y en los deportes donde el componente físico supere al técnico siempre hay más dopaje. La persona que se dopa siempre lo niega, y el que lo reconoce siempre te va a decir que tomó mucho menos que los demás. El dopaje no es una ayuda, es una auténtica mafia. Muchos culturistas son patrocinadores de marcas de suplementos. Es todo un gran negocio de gente sin escrúpulos.

-¿Existen deportes donde el dopaje está extendido de igual manera y no ha salido a la luz?

-En todos los deportes siempre hay casos de dopaje. El problema es que se está convirtiendo en un problema de salud pública, sobre todo en el deporte amateur. Hoy en día la gente se dopa para ganarle a su cuñado durante una carrera popular. Eso es lo realmente triste.

-¿Cree que se combate de manera suficiente este tipo de lacra?

-Yo creo que habría que concienciar un poco más a la gente. El problema es que son drogas que la persona que las consume la apariencia física que tiene es la de un cuerpo musculado, pareciendo sano. Hay chavales de 18 o 19 años que empiezan en el gimnasio, que quieren resultados rápidos, y que son una clientela potencial para traficantes que saben que se frustrarán.