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Inara Vecbastika: "No soy gallega, pero pienso que 'Negra sombra' es como un himno para la gente de aquí"

"Se pasa mucho tiempo haciendo ruido hasta que con paciencia consigues que por fin el instrumento empiece a sonar de verdad"

La profesora Inara Vecbastika toca el violín, ayer, en el Conservatorio de Lalín. // Bernabé/Javier Lalín

El Museo Ramón Aller de Lalín será escenario esta tarde de un concierto de la Orquesta de Corda de Lalín que se enmarca dentro de la programación cultural municipal de la localidad. Un total de 11 violinistas y cinco violonchelistas interpretarán un variado repertorio con la dirección de la profesora letona Inara Vecbastika, que también tocará le violín en esta actuación.

-¿Cómo van los ensayos para el concierto en el museo lalinense?

-La verdad es que todos los músico están muy ilusionados después de que no pudimos ensayar todo lo que quisiéramos, aunque en los últimos días hemos intensificado las sesiones con el programa que vamos a ofrecer y que contiene estilos muy diferentes. El repertorio presenta dificultades diversas en las obras porque ofrecemos desde Boccherini hasta compositores contemporáneos como Piazzolla. Incluso tocaremos temas modernos y, en especial, el "Negra sombra" que hace años que no lo habíamos interpretado. La verdad es que me gusta mucho este tema. Yo no nací aquí y no puedo apreciar las cosas como lo hacen los gallegos y los españoles, pero me parece que "Negra sombra" es como un himno para toda la gente de aquí.

-¿Cuál fue el criterio que se llevó para elegir este repertorio?

-En primer lugar, nuestro trabajo está basado sobre música clásica empezando por el barroco y siguiendo por todos lo estilos hasta la música contemporáneo. En la orquesta todos son jóvenes de catorce, quince y dieciséis años, entonces como en violín y violonchelo hay asignaturas que te obligan a pasar por ese recorrido musical por ley, yo quería que ellos se metieran un poquito más en la música moderna para que ellos entiendan que con sus instrumentos no sólo sirven para la música clásica. Se trata de que comprendan que puedan interpretar los temas de bandas sonoras o rock and roll. Por eso me incliné por estos compositores contemporáneos y la música popular. Lo que conoces bien siempre se trabaja también mucho mejor.

-¿Fue complicado contar con 16 intérpretes de cuerda en una zona donde las bandas son predominantes con su música de viento?

-Esto depende de muchos factores. Es evidente que estamos en una tierra donde la música de banda es popular desde siempre, y no sólo en Galicia, sino también en otras partes de España. La música de cuerda, si me apuras, es menos popular. En Lalín no es fácil porque ahora hay mucha más oferta que antes a la hora de estudiar un instrumento musical determinado. También es cierto que con respecto a otros años el número de alumnado se redujo no sólo en lo que a la música de cuerda se refiere, también en general. De todas formas, yo pienso que es algo pasajero como pasa en los colegios donde hay cursos con menos gente de la habitual. Es cierto que la cuerda no es tan popular y tengo que reconocer que en Lalín sí que sufrimos esta falta de alumnos. Por otra parte, hay que señalar que los instrumentos de cuerda son muy complicados y no todos pueden mantener la paciencia durante un año o dos enteros para que por fin el instrumento empiece a sonar de verdad. Se pasa mucho tiempo haciendo ruido antes de que se consigue que el violín o el violonchelo suene a lo que es en realidad. Quiero dejar claro que no estoy hablando de mis alumnos actuales porque los que tengo a mi cargo son conscientes de que hay que trabajar muchísimo para conseguirlo. De hecho, tengo la suerte de contar con muy buenos alumnos en mis clases de Lalín.

-¿Comprenden los padres ese nivel de sacrificio de sus hijos?

-Afortunadamente, en el Conservatorio de Lalín contamos con el apoyo incondicional de los padres de nuestros alumnos en todas las disciplinas. Sin embargo, no todos los padres son conscientes de que hay que apoyar y ayudar a los jóvenes cuando entran en el conservatorio. No se trata de llevarlo y dejarlo en el centro durante unas horas y volver a recogerlo. También es cierto que a lo mejor el niño necesita que se le ayude en casa, que alguien le empuje en la tarea, y no siempre los progenitores son conscientes de todo esto. No quiero decir que sólo suceda en la enseñanza musical porque pasa lo mismo en el colegio donde también es necesario que a los estudiantes se les ayude en el entorno de su familia.

-¿Se ve durante muchos años más enseñando música en Lalín?

-Llevo en Lalín desde el verano del 92. Debo reconocer que desde entonces muchas cosas han cambiado en el conservatorio y, por supuesto, por mis manos han pasado muchos alumnos y eso es algo que me hace muy feliz porque cuando te dedicas a la docencia siempre reconforta saber que has puesto tu granito de arena para que unos jóvenes puedan aprender a tocar un instrumento y, además, amar la música, que pienso es lo más importante de esta profesión. Todavía me falta para jubilarme porque soy la segunda profesora con más antigüedad. Antes que yo llegó Tatiana Cucerenco, la profesora de violonchelo, así que todavía me quedan unos añitos más en Lalín. Hablando de violonchelos, me gustaría dejar claro que en el conservatorio tenemos más chelos que los que van a actuar en el museo. No todos forman parte de la orquesta porque se trata de que la formación esté compensada. Por eso, el resto de los violonchelistas tocan con la banda porque como te digo no queremos descompensar las distintas agrupaciones musicales.

-¿Qué espera del concierto?

-A todos los que formamos la orquesta nos gustaría que el público que venga disfrute con la música que vamos a interpretar. Espero que la gente pase un buen rato, y que también valore todo el trabajo realizado por unos alumnos que se han esforzado muchísimo para poder llegar a tocar así sus instrumentos.

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