Son 18 acrílicos sobre lienzo, que a simple vista parecen bodegones, pero van mucho más allá. Carlos Santos, nacido en Colombia pero asentado en Lalín desde hace tiempo, volvió a inmortalizar por segundo año las tapas del Bocadiños do Cocido, y su intención es exponer las obras cuando tenga lugar la entrega de premios de este concurso.

"La gente no aprovecha para disfrutar del entorno mientras se toma una tapa", lamenta el artista. Y por eso en sus retratos puede verse el escudo que orna el Pazo de Bendoiro o niños inmortalizados en la recreación de la tapa del Pizza Park. Creará copias de estos originales para ponerlos a la venta, igual que hizo el año pasado. Santos tiene un amplio curriculum en inmortalizar los bares, una tarea en la que se afana desde el año 1997, porque los bares "es adonde más gente acude, después de los estadios de fútbol, y creo que son el último reducto para la comunicación cara a cara". Cada cuadro le lleva una hora de trabajo, y en ninguno de ellos aparece ninguna figura humana.