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Un litoral tierra adentro

A Estrada se promociona como destino aprovechando el tirón de sus cauces fluviales

Un pescador avanza por el río el coto estradense de Couso. // Bernabé/J.Carlos Asorey

En A Estrada no huele a mar. No se escucha ese hipnótico sonido de las olas al romper contra las rocas o al besar la arena. No hay paseo marítimo que recorrer con paso ligero antes de recuperar todas las calorías consumidas en una terraza con vistas. A Estrada no tiene costa y, en realidad, tampoco la necesita. Al fin y al cabo, es mejor ser consciente de todo lo que uno tiene y poder presumir de ello que anhelar lo que nunca llegará. Entre ríos, A Estrada tiene un envidiable litoral tierra adentro.

Turismo entre ríos. Es el nombre con el que se bautiza el material divulgativo con el que el área municipal de Turismo, que coordina el edil Óscar Rancaño, quiere hacer llegar al visitante la importancia que los cauces fluviales tienen para la belleza paisajística de estas tierras y los atractivos con que esta naturaleza las adornan.

Paisaje, pesca fluvial y deportes acuáticos funcionan como hilo conductor en esta tarjeta de visita, proponiendo al visitante un mapa del territorio municipal con una quincena de escalas regadas por agua dulce. Se remarca que A Estrada está bañada por dos grandes ríos que desembocan en la Ría de Arousa: el Ulla y el Umia. El primero avanza por el norte del municipio de este a oeste, recibiendo las aguas de dos señalados afluentes -el Liñares y el Vea- y acrecentando su fama como uno de los ríos más caudalosos de Galicia.El Umia se encarga, por su parte, de regar las parroquias estradenses en el sur.

Ulla y Umia se encargan de dibujar una A Estrada idónea para la práctica de la pesca fluvial y famosa por la tradición salmonera. Estos recursos han demostrado en los últimos años un importante tirón turístico. En este sentido, el mapa propuesto por el Concello recoge escalas como el Coto de Couso, (Xirimbao), Sinde, o Ximonde para tentar al rey del río, junto a los de Souto de Vea, Ponteliñares o Rubín para la trucha, sin olvidar algunos tramos en el puente de Ribela o en A Paradola.

Aunque el atractivo del río se mantiene todo el año y muda en cada estación, cierto es que si existe una temporada alta en el caso de A Estrada esa arranca en el mes de mayo, coincidiendo con el comienzo de la temporada de pesca de salmón. Desde el primer día del mes los cotos salmoneros se llenan de deportivas -locales y foráneos- deseosos de pasar el día en la ribera y de sacar de las aguas uno de los apreciados ejemplares.

Los cursos fluviales brindan también otro importante recurso turístico, de nuevo de índole deportiva. Se trata de prácticas como el rafting o el hidrospeed, muy frecuentes en estas aguas.

Para quienes prefieran un disfrute más reposado, las estampas fluviales son muchas y diversas. La playa fluvial del río Liñares, la de Barcala o el Areal de Berres son algunas de las zonas de ocio fluvial más concurridas en el municipio, también recogidas en este material promocional. No hay que olvidar tampoco zonas en las que el agua es protagonista por el uso que antaño tenía, caso de las rutas de molinos como la de Vesacarballa o Pina. A este recorrido propuesto por un municipio entre ríos se suman saltos de agua tan apreciados como el Picho de Curantes o las cataratas que ponen banda sonora a Ouzande, Callobre o A Somoza.

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