Vecinos del entorno del parque canino de Lalín se quejan de que no existe la vigilancia ni la limpieza que el gobierno local había prometido antes de su apertura, que tuvo lugar hace ahora justo un mes. Quienes mantienen su oposición al proyecto enviaron a esta Redacción numerosas fotos y un vídeo en los que se podían apreciar excrementos esparcidos por uno de los laterales de la instalación, una situación que, según ellos, se da en todo el espacio habilitado.

Los afectados por la instalación del parque detrás de la estación de autobuses son, en su mayoría, residentes en las calles Fonte Sanguiña, Rosalía de Castro. Su intención es mantenerse firmes en la oposición a esta área de esparcimiento para perros, por considerar que no es el sitio adecuado para ella y que ocasiona molestias y peligros a los residentes en forma de suciedad, malos olores o ruidos.