El hijo de un estradense emigrado a Costa Rica en la década de los cuarenta del pasado siglo, Guillermo Constenla Umana, acaba de tomar las riendas de la presidencia del Partido de Liberación Nacional (PLN) de Costa Rica. Este ingeniero por el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI) de Madrid que también estudio Derecho y ha sido ministro de Obras Públicas en Costa Rica desde 1986, con el primer gobierno de Óscar Díaz, siendo posteriormente parlamentario y presidente de una importante empresa estatal de seguros, fue elegido en la Casa Liberacionista "José Figueres Ferrer, en La Sabana, por mayoría de los integrantes de la asamblea nacional del PLN por 65 votos frente a los 51 que cosechó el abogado y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Rivera Bianchini. Tras su elección, hizo un llamamiento a la "unión del liberacionismo" asegurando que "aquí no ganó Guillermo Constenla. Aquí ganó Liberación. Ganamos todos".
A Guillermo Constenla Umana -hijo de Manuel Constenla Meijide, un "campesino" de Constenla, en la parroquia estradense de Nigoi; hermano del también conocido aunque ya fallecido catedrático de Lingüística de la UCR, Adolfo Constenla; y primo del expolítico estradense y profesor de la Universidade de Vigo Gonzalo Constenla- y a su equipo les toca ahora asumir el reto de renovar las propuestas de su partido -de tendencia socialdemócrata- de cara a las presidenciales de 2020.
Sabe que no será fácil. Aunque el PLN sigue siendo el primer partido de su país, con más representación parlamentaria y el mayor número de ediles y alcaldes además de haber sido el que más tiempo gobernó la nación, Guillermo Constenla admite que toma las riendas de Liberación Nacional "en el peor momento, en el más oscuro de su historia". "Aun teniendo la mayor representación parlamentaria, teniendo en cuenta nuestros niveles históricos, la representación de hoy es pequeña".
Lo atribuye a que "los partidos políticos están desprestigiados en todo el mundo. Incluso en las grandes democracias". Pero frente a quienes creen que "hay otros sistemas que podrían resolver mejor los problemas de los ciudadanos", Guillermo Constenla piensa "lo contrario": "todavía no se ha inventado un sistema mejor que la democracia".
A sus 75 años, piensa "que algo hay que hacer para que los partidos políticos no se caigan" porque sin ellos "no hay democracia". Y de ahí que, cuando 5 días antes de su elección integrantes de su partido le pidieron que presentase su candidatura, decidiese asumir ese reto, que le cogió "por sorpresa". "Hay que participar en política, si no, no te puedes quejar", afirma, convencido, a pesar de ser consciente de la peligrosidad de las "aguas procelosas de la política" en las que ya ha navegado. "Hay que tener cuidado. Peligrosas es poco decir", admite.
Orgulloso de sus orígenes estradenses y gallegos -se emociona hasta las lágrimas cuando recuerda que si pudo estudiar fue gracias al dinero que su padre, un hombre humilde pero muy inteligente y trabajador que se labró un futuro próspero con el sudor de su frente, obtuvo de la venta de unas tierras en Nigoi- defiende que los ciudadanos deben participar en política "por tres razones". "La primera: porque si creemos en el sistema democrático tenemos que participar. Si no luchamos por aquello en lo que creemos, no tenemos derecho a quejarnos", apunta. "La segunda, por ilusión. Me hace ilusión pensar que algo podrá hacer el Gallego" -sobrenombre con el que Guillermo Constenla se honra de que le llamen sus amigos y conocidos- para que mejore la situación. Y, en tercer lugar, confiesa que también "porque todos tenemos ego. Yo también lo tengo. Y es también una de las razones que me impulsan a meterme en esto a pesar de que la polítca es feroz, devoradora, inmisericorde".
Por delante a él y a su equipo les quedan meses de duro trabajo, una labor de fontanería que buscará preparar al Partido de Liberación Nacional de cara a las elecciones de 2020, en la que la ciudadanía elegirá presidente y miembros del Parlamento. El costarricense es un "régimen presidencialista", explica. "Desgraciadamente", añade. "Yo creo que en las ircunstancias actuales mejor sería un régimen parlamentarista. Tendremos que ver cómo cambiamos la Constitución para que sea posible. Porque la división entre muy diversos partidos ya hacen muy difícil un régimen presidencialista. Cuando había bipartidismo era mucho más fácil. Ahora no. La política es negociación y acuerdos. Y era más fácil tomar acuerdos entre dos partidos que cuando hay ocho o nueve. Mira lo que está pasando en España. Pedro Sánchez ya ha anunciado que habrá elecciones generales".
