Usuarios y personal del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) de Forcarei vivieron en la tarde de ayer momentos de crispación al intentar sin éxito mantener una reunión con la alcaldesa Belén Cachafeiro. Así se lo explicaron a esta Redacción, después de que hubiesen presentado por registro de entrada del Concello un escrito en el que exponían la situación que habían vivido justo antes y urgían a la regidorala convocatoria de una reunión aclaratoria del servicio y de sus condiciones, habida cuenta de la previsión de suspensión del SAF forcaricense.

Según fuentes de las trabajadoras del SAF y de la quincena de familias y usuarios que se habían dado cita ayer en el consistorio para pedirle a la alcaldesa que aclarase todos los pormenores de la situación que motivará la suspensión del servicio y las posibles alternativas, se habían citado a las 17.00 horas en el consistorio aprovechando que una de las usuarias de Axuda no Fogar había sido convocada a título individual para hablar de este asunto.

Esta manera individualizada de informar ha disgustado a un buen número de usuarios, que quieren conocer con claridad cuál es la situación y cuáles son las soluciones que se plantean pero expresada de manera pública, ante todos a la vez y no de modo individualizado. Aducen que tienen cierto "miedo" al negro horizonte que se les presenta y que les angustia el "no saber" cómo les va a afectar en su día a dia. Señalan que, dado que todos se van a encontrar en una misma situación de falta del servicio que se les venía prestando, prefieren estar todos juntos para obtener información actualizada de primera mano.

Relataron que -al llegar al consistorio (adonde también acudieron representantes de las fuerzas políticas que integran la oposición municipal)- pidieron hablar con la alcaldesa, Belén Cachafeiro. Dado que esta estaba reunida, explicaron que se les indicó que debían aguardar a que pudiese atenderlos. Agregaron -y así lo reflejan en el escrito que presentaron por registro de entrada en el Concello- que cuando, "tras tenernos a la espera en el salón de plenos más de 40 minutos, solicitamos explicaciones por la tardanza" recibieron "por respuesta que la alcaldesa había abandonado el Concello para ir a un entierro, sin poder garantizarnos la reunión ni confimar fecha alternativa".

Los allí presentes rubricaron un escrito solicitándole a la munícipe tener "a la mayor brevedad posible" "dada la importancia del tema a tratar" una reunión orientada a "aclarar el futuro del servicio y las condiciones,". Esperan "que sea esta semana".

Y es que, según indicaron a FARO los afectados, dependientes y usuarios de libre concurrencia temen vese abocados a una situación muy precaria. Así lo explicó, por ejemplo, la familiar de un dependiente de Millerada, Áurea Márquez. Indicó que, aunque su suegro (dependiente de grado 2) es uno de los 33 usuarios del SAF que, de momento, tiene servicios mínimos, estos solo llegan para levantarlo de la cama y asearlo.Y se temen el momento en el que el personal del SAF deje de ir a su casa. Su suegro pesa 100 kilos y su esposa, "casi dependiente", no lograría incorporarlo. Sus hijos viven fuera y se temen no poder hacer frente al pago del coste de la atención de su padre cuando, en vez del SAF, tengan que pagar por libranza, adelantando un dinero que después les devolvería parcialmente la Xunta. Se temen que el gasto se les vaya a "multiplicar por seis" y que ello vaya en detrimento de la calidad de vida de sus suegros y, por ende, también del resto de la familia. Reclama que se mantenga el SAF.

También entre los usuarios de libre concurrencia existe una gran preocupación. Esta aqueja, por ejemplo, a José Antonio Rey, cuya abuela -una mujer de 92 años vecina de Quintillán que tiene aprobada la dependencia de grado 1- "está sin servicio". "Estamos abandonados", denuncia. Señala que hasta ahora iban a asearla una hora al día en jornadas laborales. Ahora, esa tarea recae en la familia que mayoritariamente vive fuera del municipio. Les angustia la situación. Su abuela -que en noviembre se quedó viuda- se "defiende mal". No consigue asearse ella sola y tampoco realizar las tareas domésticas. Sin SAF", lamenta su nieto, "quedamos desamparado" .