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El impuesto de construcciones marca el mejor registro en las comarcas desde el año 2011

Al Concello de Lalín le supuso unos ingresos de 272.500 euros y 100.000 al de A Estrada -La recaudación total fue de 611.500

El sector del ladrillo comienza a agitarse después de unos años en los que las grúas prácticamente desaparecieron del horizonte de las comarcas. El denominado Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) es un tributo potestativo que en los años de la pujanza de la construcción llegó a aportar, por ejemplo solo al Concello de Lalín, cerca de un millón de euros anuales. Lejos quedan aquellos tiempos en los que prácticamente en cada junta de gobierno se concedía una licencia municipal de obra, pero los últimos datos apuntan a la mencionada recuperación del sector.

Así se concluye con los números de la liquidación presupuestaria de 2017 -la última aprobada ya por todas las administraciones locales de Deza y Tabeirós-Montes-, que indican que el volumen de ingresos fue el más elevado desde el año 2011, cuando en los concellos de la zona [a excepción de Cerdedo-Cotobade] el ICIO había alcanzado los 770.273 euros. Ahora, la cuantía absoluta está en exactamente 611.466 euros. En estos siete años de crisis económica y del sector del ladrillo en particular el peor dato se registró en 2015, cuando los ingresos de los ayuntamientos de las comarcas apenas superaron los 280.000 euros y solo en 2014 y 2012 el montante había superado el medio millón. Si comparamos los últimos datos -siempre con los fondos de la recaudación en año cerrado y no los pendientes de cobro o imputables a otros ejercicios- con los del año 2016 la diferencia es de cerca de 100.000 euros más. Lalín continúa siendo el municipio en el que la construcción mantiene un nivel de actividad razonable y durante el año 2017 el Concello aprobó una liquidación por ICIO de 272.481 euros. En A Estrada fueron 105.000 y 85.000 euros en el caso de Silleda. En Vila de Cruces este tributo dejó en sus arcas municipales 21.797 euros y en Rodeiro -en gran medida por la construcción de granjas- la cuantía se fue hasta los 55.899 euros; un montante mucho más representativo que en Agolada, donde la recaudación fue de 29.199 euros. En Dozón los datos que obran en poder del Ministerio de Hacienda indican que las transferencias fueron de 30.000 euros y de 12.000 en el caso de Forcarei.

Progresión

La cierta inestabilidad de este sector se constata con los datos que aporta, por ejemplo, Lalín. Sin ir más lejos, durante el año 2007, todavía en plena efervescencia del ladrillo en el municipio, el Concello obtuvo 971.670 euros por este tributo, mientras que en 2015 la cuantía cayó hasta los poco más de 73.000, mientras doce meses antes habían sido 222.304 euros.

Si comparamos los dos últimos ejercicios, con los derechos presupuestarios liquidados en parte de los municipios de las comarcas, la recaudación por el ICIO aumenta, pero no en todos los casos, pues por ejemplo es inferior en Silleda, Vila de Cruces, Rodeiro o Forcarei. Así las cosas, en el Concello de Lalín los ingresos pasaron de 159.722 euros a los citados 272.481 y en el de A Estrada, con ahora unas transferencias de 105.000 euros, en 2016 habían sido 72.635.

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