La Sociedad Deportiva Río Ulla continúa siendo a día de hoy uno de los colectivos más numerosos de A Estrada. Lo confirman sus alrededor de 500 integrantes. Sin embargo, su presidente, Miguel de la Calle, trasladó ayer que en el transcurso de una década esta sociedad ha visto considerablemente mermado su número de socios, pasando de los alrededor de 1.100 miembros al medio millar actual. Esta situación es una muestra más de la mella que el envejecimiento poblacional está causando en el seno de esta sociedad, encontrando una directa correspondencia en sus cuentas. El balance fue presentado en la noche del lunes por la directiva que encabeza De la Calle, que explicó que Río Ulla busca ahora superar un déficit de 10.000 euros.

El presidente de esta asociación indicó que la entidad ha visto descender hasta su desaparición subvenciones que percibía por la labor vigilancia -unas 40 horas a la semana- de los ríos. Apuntó que en 2008 las cuentas de la sociedad percibieron por este concepto 56.000 euros, que en 2010 pasarían a 23.000, que en 2011 serían 13.000 y que en 2012 llegarían a los 5.600 euros.

La reducción y el envejecimiento de los socios se aprecia en los ingresos. Los 68.000 euros por ingreso de cuotas percibidos en 2008 experimentaron en 2018 una bajada de 18.000 euros, quedándose en los 50.000. En vista de esta situación se decidió tocar las cuotas, de tal manera que el abono general pasó de los 105 euros a los 120 y los 50 que antes pagaban los socios de entre 70 y 80 años ahora son 60. A partir de los 80 los integrantes de esta sociedad no realizan abono alguno por formar parte de Río Ulla.

Miguel de la Calle explicó que, en vista de la situación, la entidad apostó por realizar un estudio de viabilidad. Se mostró convencido de que la situación es recuperable. "Se va a salir", dijo, subrayando su intención de dejar encauzada la situación para la directiva que le releve al frente de la entidad. "Para que los que vengan detrás no sufran lo que sufrimos nosotros", reconoció.

De la Calle dijo que se buscó recortar gastos pero que hay cuestiones a las que hay que hacer frente. Explicó que lo recaudado se va en el pago de salarios y en hacer frente a costosos seguros por actividades que organiza el colectivo, además de en tasas administrativas y en hacer frente a las repoblaciones.

En estos momentos Río Ulla cuenta con tres trabajadores, dos guardas a jornada completa y una administrativo a media jornada. Aseguró el presidente que estos trabajadores no tienen salarios pendientes. "Están al día", dijo. Reconoció que en parte esta situación se debe a que la asociación apostó por una financiación de 40.000 euros para hacer frente a los salarios y liquidar cuestiones pendientes.

Proceso electoral

Río Ulla celebró dos asambleas en la noche del lunes. Además de la convocatoria ordinaria que permitió al equipo directivo exponer la situación económica actual, además de tratar el sorteo de los cotos de pesca de trucha o de abordar cómo se presenta la campaña de pesca de este año, una asamblea de carácter extraordinario sirvió para abordar un inminente período electoral en el seno de esta sociedad. Así las cosas, los integrantes del colectivo están llamados a la urnas el próximo 14 de junio para elegir nueva directiva. Miguel de la Calle se mostró ayer tajante a la hora de asegurar su intención de no continuar sosteniendo las riendas de la asociación, al frente de la que se encuentra desde hace siete años.

A raíz de esta asamblea arranca el proceso. Las candidaturas podrán presentarse entre el 15 y el 26 de abril. Tendrán que estar conformadas por al menos cinco personas (incluyendo los puestos de presidente, secretario, tesorero y vocales). Las socios podrán votar las candidaturas que finalmente se presenten el día 14 de junio en horario de 20.00 a 22.00 horas, depositando su voto en las instalaciones de esta sociedad.

De la Calle apostó decididamente por favorecer el relevo en esta sociedad, reconociéndose cansado en estos momentos para continuar al frente. No obstante, insistió en su deseo de dejar la situación de recuperación encaminada para quienes le sucedan.