El ejecutivo socialista está amortizando tanto deudas heredadas con empresas como dos créditos que el PP firmó en 2005: uno de un millón de euros y otro de 1,5. Ambos tenían 20 años de liquidación y a ellos se suma el plan de ajuste que tuvo que asumir el municipio, en 2012, igual que Agolada y Dozón, para sacar a sus cuentas de los números rojos. Silleda las está sacando, y con nota: destinó su superávit de 2018, 373.780 euros, a rebajar esa deuda, que a día de hoy está en casi 1,9 millones de euros. El ejecutivo socialista calcula que, si en los próximos años puede incrementar o incluso duplicar esa cuantía que aporta para pagar pasivo, en dos ó tres ejercicios la deuda dejará de existir. Una situación que sería el broche de oro a los dos últimos mandatos "en los que el gobierno municipal dio la vuelta a la situación económica de Silleda", recuerdan desde el PSOE.

Hay otro concepto, el de remanente, que sí puede destinarse a obras, servicios o, simplemente, que dar en el apartado de ahorros. En la liquidación de las cuentas de 2018 el remanente de Silleda arroja un saldo positivo de 413.969 euros, en la misma linea de años anteriores y dejando atrás la cifra negativa de 2013, de -396.327 euros. El remanente mide la solvencia económica del concello, una vez que a los fondos de las cuentas bancarias y a las partidas pendientes de cobro se le restan las deudas. Cuíña, que ayer compareció junto a los concejales Pilar Peón, Ana Luisa González Costa y Manuel Iglesias, apuntó que el remanente podría ser mucho mayor si se le añadiesen los 681.000 euros del campo de fútbol de A Gandareira, que se ingresarán esta misma semana, o los dos trimestres del canon del agua aún pendientes de recaudar.

El resultado presupuestario, que es la diferencia entre los ingresos y los gastos del ejercicio pero teniendo en cuenta los derechos pendientes de cobro de otras administraciones y el consumo del remanente anterior, asciende en 2018 a 1.065.988 euros. En su informe el interventor, Leopoldo Moure, señala que se gastó un 99,4% de lo que se ingresó, puesto que en la relación los ingresos ascienden a 8.357.793 euros, y los gastos, a 8.314.030. Para Moure, esto indica que "ni los gastos superan los ingresos ni se dejan de ejecutar gastos para los que existe financiación".

Por otra parte, el gobierno de Silleda había anunciado a principios de mes que convocaría un pleno, por la tarde y abierto a la participación ciudadana, para abordar el estado financiero del Concello. La idea venía ya del anterior portavoz del Bloque, Matías Rodríguez da Torre, que en numerosas ocasiones solicitó una sesión de este tipo.

Para ello, ele ejecutivo trasdezano solicitó a los dos partidos de la oposición, Bloque y PP, que enviasen sus propuestas para fijar hora y ubicación. El PP ni se dignó a responder, limitándose a indicar en los medios de comunicación que consideraba este pleno "una tomadura de pelo y una autopropaganda a costa de los silledenses".

El Bloque sí envió una carta de respuesta, en la que indica que no precisa una sesión plenaria porque su portavoz, Tania Cornado, "es consciente del estado económico del Concello y tiene acceso a esta información". En este punto el alcalde, Manuel Cuíña, tildó de curioso que el PP se queje de no poder acceder a la documentación, cuando el Bloque asegura que sí puede consultarla. Pero la carta de respuesta del Bloque no remata ahí, ya que le pide al gobierno que "no nos haga perder el tiempo con mítines del PSOE pagados por el Concello".

Ante estas reacciones, Manuel Cuíña decide no convocar el pleno "porque no vamos a permitir que nadie nos acuse de hacer partidismo". Así las cosas, la liquidación de 2018 no irá a una sesión extraordinaria, sino que formará parte del orden del día del pleno previsto para el 28 de marzo, el último ordinario de este mandato. Eso sí, a Cuíña le sorprende que el Bloque rechace un pleno abierto a los vecinos después de que Da Torre lo solicitase en reiteradas ocasiones. Agradece, también, su respuesta por escrito.