El monasterio de Carboeiro es "la joya patrimonial más potente" de la comarca, en palabras del conselleiro de Cultura. Lo avalan las miles de visitas que recibe cada año. Del cenobio quedan algunas dependencias monacales y la iglesia, sobre la que se actuará para evitar filtraciones de agua. No es el único resto de un pasado con gran esplendor. En Camanzo, Vila de Cruces, también se mantiene en pie el templo del que fuera un monasterio benedictino. Y en Dozón, sorprende el templo de Mosteiro, en la aldea de Vilanova, también del orden benedictino. La conservación externa es aceptable, pero en el interior tiene un grave problema de filtraciones de agua que afecta tanto al retablo de madera como incluso a las esculturas pétreas. El conselleiro anunció ayer que este templo "también está en nuestra línea de trabajo, pero hay que ir dando pasos en firmo. No podemos rehabilitar todo a la vez". Por el momento, un equipo técnico se desplazó el año pasado al enclave para valorar su estado.