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Problemas en el suministro de medicamentos

La escasez de fármacos sin genéricos obliga a los médicos de cabecera a variar tratamientos

La carencia de medicinas creció durante el último año y algunas boticas detectan faltas en más de un centenar

Una farmacéutica, con medicinas genéricas. // Bernabé/Javier Lalín

Las dificultades en el suministro de medicamentos comenzaron ya en 2013, pero de un año a esta parte se agudizaron, hasta el punto de que el desabastecimiento empieza a afectar también a medicinas genéricas, que operan con el mismo principio activo de los fármacos 'de marca'. Las causas de este desabastecimiento van desde la retirada voluntaria por el descenso de ventas a una política de presión para subir su precio (como hizo el laboratorio Aspen en 2014, fabricante de un fármaco para tratar el cáncer) o, simplemente, que en España se venden más baratos que en otros países.

En algunas boticas, como la de Inés Madriñán, en Lalín, "tenemos pedidos con hasta más de un centenar de faltas". Confía en que, como ocurre de vez en cuando con el Adiro, los laboratorios le suministren alguna caja. Este medicamento es uno de los más consumidos por pacientes que sufrieron un infarto o un accidente cerebrovascular, y su distribución no acaba de regularizarse debido a las obras de Bayer en su fábrica de Leverkusen. Su falta comenzó a detectarse en septiembre del año pasado, y la previsión es que a finales del mes de junio el reparto vuelva a la normalidad.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios dispone en su web CIMA de un listado con 450 fármacos que han tenido o aún presentan problemas en su suministro. Esta web indica que para Adiro hay alternativas con el mismo principio activo, igual que para Dalsy, que tuvo que retirarse del mercado por un error en el prospecto. El problema surge cuando el fármaco en cuestión no tiene un genérico que lo supla. Es lo que ocurre con Trangorex, un antiarrítmico sin alternativa genérica y que presentó un problema temporal de desabastecimiento entre el 28 de diciembre y el 19 de enero, según el portal web de dicha Agencia. Cuando, como en este caso, el farmacéutico no puede dar un genérico, "remites al paciente al médico de cabecera para que recete otro tratamiento", explica Madriñán.

Las farmacias lalinenses están en contacto entre ellas para facilitarle al paciente el medicamento que busca y así, evitarle que cada vez que acuda a la botica se lleve un genérico diferente, que podría complicar la toma. "Los clientes ahora se lo toman con resignación; nosotros intentamos colocar pegatinas en las cajas para que sepan cuándo deben ingerir esa medicina" y evitar confusiones. La situación por la que pasan las boticas de la comarca no es ajena a la de cualquier farmacia del Estado: según el portal Cismed, del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, 50 de las 52 provincias españolas tienen problemas para expedir medicinas del laboratorio Kern Pharma, como Ibuprofeno o Cafinitrina. En el segundo caso, la casa explicó que se debe a la escasez de cafeína, la materia prima que utiliza para diseñar este fármaco. El desabastecimiento es oficial tanto en esta medicina como en otras 49, y en varios casos pone en alerta hasta a las farmacias de los centros hospitalarios.

Por el momento, las farmacias dezanas no constatan que ningún paciente haya decidido cruzar la frontera y ver si consigue sus medicinas en Portugal. "Ahora mismo, la consecuencia más palpable es que este desabastecimiento carga aún más las consultas de los médicos de cabecera".

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