Xunta y Concello de A Estrada analizaron en conjunto la posibilidad de que la administración autonómica cediese a la municipal la parte de abajo de la estación de autobuses de la villa al objeto de fundar en estas instalaciones la pretendida Casa da Xuventude. Sin embargo, la vigencia de la concesión sobre estas instalaciones complica, en cierta medida, las cosas. El jefe del ejecutivo estradense, José López Campos, reconoció que esta situación impide en estos momentos que la Xunta ceda la parte inferior del inmueble al ayuntamiento. Aunque el dirigente asume que podría plantearse un convenio entre la firma concesionaria y el Concello, estimó que esta fórmula de cesión sería "en precario". "Aspiramos a un proyecto más ambicioso para la Casa da Xuventude", sostuvo.

López Campos no pudo anticipar ayer cómo va a resolverse esta situación pero sí reconoció que el gobierno se encuentra estudiando opciones para sacar adelante un centro que se viene demandando en A Estrada desde hace años para dar cabida a las actividades e inquietudes de los sectores más jóvenes de la sociedad estradense.

Obra estructural

El primer edil apuntó que las obras que requiere la adecuación de las instalaciones no afectan en exclusiva a la planta inferior de la estación de autobuses sino que el edificio requiere una actuación estructural para atajar problemas de humedades. Aun sin precisar una cifra, estimó que la inversión necesaria es importante e incidió en que el Concello no está dispuesto a invertir en dependencias que no son de su propiedad.

A comienzos del pasado mes de diciembre el propio alcalde confirmó a FARO que la consellería estaba buscando la fórmula para poder desafectar parcialmente este edificio, un trámite esencial para poder realizar la correspondiente cesión y que estas dependencias pasen a ser de gestión municipal. Se apuntaba entonces a que, en el marco de la nueva Lei de Transporte Público de Galicia, todas las concesiones serían renovadas. El Concello pudo confirmar que en esos momentos estas siguen vigentes y que, por tanto, la cesión no podría realizarse. Lo que todavía no se pudo precisar es cuándo mudará esta situación.

Durante mucho tiempo estas pendencias estuvieron infrautilizadas hasta que comenzó a revitalizarlas el centro juvenil La Estación. En el momento de plantear una posible cesión parcial -solo el piso inferior- al Concello, desde el gobierno local se dejó la puerta abierta a que a medio plazo pudiese liberarse también la parte superior de este inmueble, perfilando una desafectación total de esta construcción para conferir a estas instalaciones públicas un mayor y continuado uso. Asimismo, desde el ejecutivo se apuntó a la oportunidad que para una actuación de esta naturaleza brindan los fondos europeos de la Edusi.

Mientras busca una salida para poder crear la Casa da Xuventude de A Estrada, el Concello realizó en las últimas semanas labores de mantenimiento en las instalaciones que actualmente utilizan las asociaciones ligadas al centro juvenil La Estación en la planta baja de este edificio. En concreto, el primer edil aseguró que se estuvieron haciendo mejoras en materia de instalaciones eléctricas o reparando el falso techo, cuyas planchas se habían caído en algunas zonas.

Este centro juvenil La Estación se asentó en la planta baja de la estación de buses hace ya cinco años, contribuyendo a recuperar su zona de andenes, acometiendo una limpieza a fondo y decorando las paredes con graffiti, en base a la autorización otorgada por la concesionaria, que también le cedió locales en la planta baja del inmueble. Los jóvenes presentaron al Concello más de 700 firmas para pedir que se siga brindando a los jóvenes de A Estrada un lugar en el que se fomenten "la convivencia, el respeto, la superación personal y el empeño". Reconocieron hace unos meses el mal estado de las dependencias que utilizan, temiendo que más pronto que tarde el centro tuviese que cerrar sus puertas. Precisamente para evitarlo decidieron impulsar esa campaña de recogida de firmas, con la que pretendieron conseguir que se restaure la estación de buses a fin de convertirla en la Casa da Xuventude que los jóvenes ansían.