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Octavo del 90 en Figueiroa se reencuentra 29 años después

La idea de tres exalumnos alcanza a noventa y al maestro Toño Blanco Casais, que volverán a verse mañana ante el colegio para irse de cena

Foto de familia antigua de exalumnos de octavo del 90 y el docente Toño Blanco Casais, en su excursión de fin de curso.

Algunos se ven con frecuencia. Por vecindad e incluso por negocios. Pero, todos juntos, los integrantes de la promoción de octavo de 1990 en el colegio estradense de Figueiroa y su profesor Toño Blanco Casais hace casi tres décadas que no se reúnen. Pero en las últimas semana no han dejado de hablar... vía WhatsApp, en el grupo Xuntanza Ano 1976, constituido para organizar un ilusionante reencuentro que tendrá lugar mañana.

La idea surgió en una cafetería, de la alegría que Rocío Carbón, Suso Gañete y Rafa Filloy experimentaron al verse. Coincidieron en que, aunque pasen los años, siempre se alegraban de encontrarse y que lo mismo les ocurría con los compañeros con los que, durante su niñez, compartieron aula en Figueiroa. Se plantearon organizar un reencuentro, aprovechando lo fácil que es comunicarse hoy vía WhatsApp y Facebook. Y así fue. Pensaron inicialmente en reunir a octavo A pero, finalmente, también han logrado implicar a octavo B. En apenas una tarde, los tres exalumnos iniciales se habían multiplicado por seis y ya eran dieciocho. Y en una semana, entre todos, habían conseguido llegar a los noventa integrantes que suma hoy el grupo de WhatsApp que comparten. Tienen tantas cosas que decirse que, en ocasiones, su grupo de WhatsApp echa humo. Sus mensajes se cuentan por cientos.

Incluso han conseguido llegar a excompañeros que trabajan fuera, en otras comunidades autónomas como Cataluña o fuera de las fronteras de España, como Suiza o Andorra. Al menos uno de ellos viajará expresamente hasta A Estrada para disfrutar de este reencuentro. Les late en el pecho el cariño mutuo forjado durante la infancia.

También contactaron con el que entonces fue el tutor de octavo A, Toño Blanco Casais. También él -que era y es muy querido por sus exalumnos- se implicó a tope en la iniciativa. "Está encantado y emocionado", opinó Rocío Carbón, explicando que varios de los integrantes de esta promoción de octavo en Figueiroa y el propio docente llevan ya varios sábados reuniéndose los sábados en el bar que ahora regenta una de las exalumnas en la Zona dos Viños de A Estrada: O Candil de Silvia. Allí, comenzaron a calentar motores de cara al reencuentro de mañana.

El docente sorprendió a sus exalumnos acudiendo a una de esas citas con un pequeño hórreo de madera como el que todos y cada uno de ellos recibió de regalo en octavo. Dentro, durante tres décadas, había atesorado las fotos de carné de toda la promoción.

A cuentagotas, las ha ido subiendo al grupo de WhatsApp a lo largo de estas semanas, para regocijo de sus exalumnos, que estaban expectantes por saber a quién le tocaría ese día y lo consideraron "todo un detallazo".

También vía WhatsApp han recuperado vía WhatsApp la memoria fotográfica de su infancia en las aulas, del desfile de Carnaval en el que emularon a Los Pitufos y de la excursión de fin de curso en octavo que les llevó a conocer juntos Madrid y Andalucía.

Esa memoria fotográfica se reanudará mañana con la foto conmemorativa que proyectan hacerse ante el colegio a las 22.00 horas. Luego, formarán una caravana de coches y se dirigirán todos juntos hacia Liñares, ya que proyectan compartir una cena en el restaurante Río Liñares. Justo antes, disfrutarán de una sesión de "cañitas y vinos" y entregarán las chapas que, con humor, han bautizado como "insignias de oro y brillantes". Tras la churrascada -su particular "cena de gala"- tendrán sesión "photocall" para tomarse imágenes para el recuerdo. Al filo de la una de la madrugada, volverán a prestarle a su docente "don Toño" la misma o incluso más atención que cuando estaban en las aulas. A él le corresponderá pronunciar el "pregón" festivo. Luego, tras la entrega de regalos conmemorativos y la realización de sorteos, habrá sesión discoteca de la mano de Pablo Rivis, un exalumno que se está implicando mucho en la organización y que, tras la cena, actuará como pinchadiscos. Él le pondrá la banda sonora a la velada, que promete alargarse "hasta que el cuerpo aguante".

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