El alcalde de Silleda, Manuel Cuíña, convocará en la semana que viene un pleno extraordinario para que la corporación pueda debatir sobre el estado socioeconómico del concello. Será por la tarde y en un espacio que permita la mayor asistencia posible de vecinos.

Así lo anunció ayer el regidor tras comparecer junto a sus seis compañeros de gobierno para "arrojar un poco de luz a las últimas acusaciones del PP en el pleno y a todos sus ataques para embarrar la política en Silleda". Ataques que, a decir verdad, tienen como diana en los últimas semanas al edil de Obras, Klaus Brey. Si en noviembre la polémica giró en torno al proceso de concesión de licencia para su explotación de porcino en Cira, en los últimos días el debate se centra en su pertenencia, junto a un hijo de Cuíña y el empresario Fernando Pena Caramés, a la sociedad Fomento de Inversión y Contratas. Sobre la granja, Cuíña volvió a recordar que su gobierno prevaricaría si no diese autorización a un proyecto que cuenta con tres informes favorables. En cuanto a la sociedad que se montó para comprar una finca de Xestur en el polígono de San Cibrao das Viñas, recalcó que los tres administradores solidarios eran conscientes de que se trataba de una compra pública, así que es imposible que cometiesen una ilegalidad montando esta empresa en la que ahora solo queda Pena. "Lo que me enfada es que Xestur venda en Ourense parcelas a 40 euros el metro, y en Silleda lo haga a 70", apostilló.

El daño a nivel personal y familiar que está logrando el PP provocaron que el pasado viernes Brey pusiese su acta de concejal a disposición de Cuíña. El alcalde no aceptó su renuncia, "porque tengo claro que no se hizo nada irregular, y le pido que cumpla con sus vecinos hasta el 26 de mayo". Antes de plantear su abandono, Brey ya había comentado su intención de no seguir con la dedicación exclusiva en el próximo mandato. Ahora mismo, aunque confiesa que "sigo con la misma fuerza que con la que empecé", admite que tiene que reflexionar sobre si figurará o no en la lista electoral del PSOE en mayo.

Sobre el supuesto trato de favor en las licitaciones a Endenor, la empresa de Pena Caramés, Cuíña lamenta que el PP "critique a la única firma que tiene obra social en el Concello", puesto que dona el 1% de su facturación. Al margen de que desde hace un año ningún político forma parte de las mesas de contratación, el regidor apunta que el ejercicio en que se adjudicó más obra a Endenor fue en 2017, con unos 500.000 euros, de los que más de 200.000 corresponden al campo de fútbol de Silleda y más de 150.000 a las sendas de O Castro. En 2018, cuando echa a andar Fomento de Inversión y Contratas, Endenor facturó al Concello 48.804 euros, es decir, el 1,95% de los 2,5 millones de inversión real de ese año. El porcentaje sube al 3,8 si se suman los 49.566 de adjudicación a otra firma de Pena Caramés.

Cuíña hace memoria y recuerda que en 2010, el año de la moción de censura contra el PSOE, Pena Caramés facturó 161.811 euros, sobre una inversión real de poco más de 400.000 (es decir, casi el 50%). La proporción es aún más alta en 2007, el último año del gobierno del PP local: las inversiones reales eran de sólo 1.860 euros, y sin embargo esa firma facturó 150.000. La cifra fue idéntica en 2006, cuando las inversiones reales ni existían.