Llegó a Agolada hace 15 años y tras los pasos de su madre. Tenía, por entonces, 17 años y comenzó cuidando a personas mayores. "Como era un trabajo por horas, seguía inscrita en el INEM y me llamaron para peón forestal", una labor que desempeñó durante varios veranos. Aprendió a hablar gallego gracias "a que vivo en una aldea y veo mucho la TVG". Tras los recortes que aplicó Seaga, tuvo que seguir buscando trabajo, y lo encontró primero en una explotación de vacas de Chantada y después en una granja de Nudesa, donde sigue ahora. "Siempre trabajé en sectores donde no había mano de obra". Descarta volver a Colombia, porque su experiencia laboral solo le permitiría residir en las afueras de ciudades, y tiene claro que la clave para triunfar a nivel laboral radica en "amar lo que haces".