En medio del debate público sobre la reforma de la Praza da Constitución y lloviendo críticas desde los partidos de la oposición municipal, el alcalde estradense, José López Campos, aseguró ayer que el gobierno que encabeza consultó con la empresa que ejecuta las obras la posibilidad de recuperar la piedra que hasta hace pocos días cubría todo el espacio público que se abre a los pies de la casa consistorial. El munícipe garantizó que se le respondió que constructivamente sería muy complejo y que resultaría antieconómico.

"Sería más costoso ir levantando piedra a piedra que ponerla de nuevo", ejemplificó el mandatario. Remarcó que este pavimento está conformado por "losas finas" de unos cuatro centímetros que están hormigonadas, una cuestión que -incidió- sería fácilmente comprobable sobre el terreno: "arrancan piedra y arrancan el hormigón". El dirigente estradense remarcó que la plaza había que levantarla para instalar los servicios de la nueva alameda e hizo hincapié en la conveniencia de homogeneizar las diferentes rasantes. "No me quiero imaginar qué dirían si se dejan tres pavimentos distintos con distintas rasantes", dijo López en alusión a los tres grupos de la oposición, PSOE, Móvete y BNG. "La demagogia está muy bien cuando no tienes responsabilidad de gobernar", reflexionó en relación a las críticas que todos ellos expresaron públicamente en los últimos días en relación a este proyecto.

Tras apuntar la imposibilidad de recuperar estas losas de piedra, el alcalde quiso aclarar que no sucede lo mismo con las piedras del muro perimetral que también será retirado. Apuntó el valor patrimonial de este material e incidió en que, en este caso, sí es posible retirarlo sin dañarlo y acopiarlo para otros usos.

El jefe del ejecutivo estradense reconoció que existe debate en la calle sobre estas obras pero se mostró "absolutamente convencido de que se van a disipar las dudas cuando abandonemos la parte deconstructiva y empecemos con la constructiva". "Es un proyecto tan importante y trascendente que todo el mundo habla de él", continuó el dirigente local, que aprovechó la ocasión para aclarar que esta actuación no está representando tensión o sobreesfuerzo económico para las arcas municipales. "Nadie puede decirnos que estamos hipotecando el Concello", defendió, para seguidamente puntualizar que los recursos para la adquisición de los terrenos que permitirán ampliar la alameda hasta la calle Castelao los gestionó el gobierno y las operaciones de préstamo fueron abonadas, añadiendo que el 80% de la inversión que se realiza en las obras procede de fondos europeos "que no se podían destinar a otra cosa".

Retornando a la postura adoptada por la oposición, el alcalde la valoró como una "subreactuación por la vergüenza de haber estado hibernando tres años y medio". "No se puede criticar la transformación urbana del pueblo", manifestó López Campos, para seguidamente remarcar que "entre la semana que viene y el mes de febrero el gobierno destinará al rural el doble de lo que se va a invertir en la alameda". Incidió que serán 2.400.000 euros para asfaltados, muchos de ellos procedentes de una "discriminación positiva" hacia el rural por la fuerte inversión que la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi) permite realizar en el casco.

López observó en la postura que en los últimos días defendieron PSOE, Móvete y BNG reminiscencias de la "crítica con el cuchillo entre los dientes" a la operación de A Baiuca, consistente en el traslado del campo de fútbol para la creación de una bolsa de suelo sobre la que se construyó una nueva escuela infantil y se está edificando el nuevo centro de salud.

El líder del PP entiende que los tres partidos ven ahora este proyecto y el debate generado en torno a él como "una maniobra de desgaste" hacia el gobierno ante la inminencia de un proceso electoral. En relación a la petición de dimisión por parte del BNG, José López recomendó al portavoz nacionalista, Xosé Magariños, "que reconduzca su estrategia política".