En pleno siglo XXI parece que hay quien todavía no sabe que existen unos elementos llamados contenedores o unos lugares conocidos como puntos limpios que contribuyen a la supervivencia del medio ambiente, esencial para vivir los seres humanos, pero ya se dice que muchas veces el hombre es el peor enemigo del hombre. La realidad es que la proliferación de los vertederos incontrolados continúa, a pesar de las sanciones que se aplican. Sin ir más lejos, en distintos montes del municipio de Vila de Cruces se puede encontrar con todo tipo de basura, así como electrodomésticos y mobiliario de lo más variado que podrían amueblar una vivienda.
En los montes de Toiriz, como se puede observar en la foto, luce un sofá vintage total que no pasa desapercibido, y ya no solo por su color rojo llamativo, sino por la rareza de que alguien haya trasladado eso allí, además en el lugar hubo quien tiró, o dejó olvidados, una vaqueros. La colección se completa en otros lugares: una cocina de butano en el Rego do Carballo, en la zona do Barral, en la cima de Sabrexo, aparece un pack completo formado por una nevera, un lavavajillas y un colchón, como se aprecia en la imagen, o un conjunto formado también por una cocina de tres fogones y una nevera, con congelador incluido, en el lugar de Alcobre, en la parroquia de Piloño.
Resulta extraño cuando en el municipio sí existe un punto limpio y parece más complicado trasladar estos elementos a esos puntos del monte que depositarlo en este lugar. En el mismo se pueden arrojar envases ligeros, de vidrio, papel y cartón, maderas de restos domiciliarios, colchones, muebles, plásticos agrícolas y de la construcción, escombros de obras, restos metálicos del hogar, aceites de motor, vegetales y grasas domésticas, aerosoles, disolventes, pinturas y similares, pilas, electrodomésticos y fluorescentes. Por lo tanto, no hay excusa posible.
