-¿Estará usted cansada de que le hablen del CSI al hablar de criminología?
-Mucho. No tiene nada que ver. De hecho en el grupo de Whatsapp de mi promoción de criminología, que nos solemos reunir tres veces al año, nuestro hashtag es "qué daño hizo CSI". En CSI en realidad son criminalistas. Si nosotros llegamos a ver al muerto, que a veces lo vemos, es que no se ha tenido en cuenta nuestro trabajo de prevención. Si buscamos un simil en las series podríamos decir que somos más de Mentes criminales que de CSI. Realizamos un análisis de conducta en caso de que haya sucedido. Eso sí, sin armas y sin jet privado.
-A nivel personal este reto con la creación y puesta en marcha de este gabinete de criminología será un reto para usted pero también algo bonito.
-Sí, es muy bonito. Estoy además especialmente ilusionada porque he encontrado muchos apoyos en mi familia, mis amigos y mis compañeros. He encontrado además mucha gente que se ha involucrado, que quiere participar y que colabora. Hice un pequeño parón cuando fui madre porque lo veía incompatible. No podía involucrarme en algo que me sabía que me iba a absorber muchas horas. Sin embargo, gracias a Dios, Rodrigo es un niño tremendamente inteligente que es capaz de asumir que su madre tiene que dedicar algunos momentos del día a otras cosas y no solamente al juego. Eso me permite moverme en el ámbito de la criminología para sacar adelante el proyecto. Con eso, ahora sí me veo con posibilidad y con fuerzas de sacar adelante este proyecto. Por mucho que pudiese hacerlo teniendo al niño no me parecía responsable por mi parte meterme en proyectos importantes a los que a lo mejor no podría llegar como me gustaría.
