Él padrón de Lalín recupera pulso desde la entrada del cuatripartito en 2015. La puesta en marcha de campañas de empadronamiento bajo los eslóganes Somos made in Lalín o Tés moitas razóns para vivir en Lalín consiguió que muchas personas que vivían en la cabecera comarcal pero que estaban empadronadas en otros municipios decidiesen regularizar, por así decirlo, su situación. El ejecutivo que encabeza Rafael Cuíña tenía como uno de sus principales problemas la bajada de categoría, y ahora esta mejoría del padrón "es uno de nuestros mayores logros", indica el regidor. El empuje vino primero de los venezolanos retornados, y ahora procede de las personas que consiguen un empleo en Lalín y deciden mudarse aquí. Proceden de otros puntos de Galicia y de España. El empleo, pero también "los impuestos en el mínimo legal" y las bonificaciones del IBI "incluyen de forma decisiva".