Los diseños de Jorge Vázquez para la reina Letizia no son el único producto con sello gallego que entra en la Casa Real. Si el modista de Betanzos viste con regularidad a la monarca desde hace un par de años, son ya 14 los que lleva la Panadería Jesús, de Rodeiro, despachando pan, empanadas y dulces cada semana al Palacio de La Zarzuela. Y en estas fiestas navideñas a punto de empezar, las hogazas dezanas tampoco podían faltar en la mesa de Palacio. La propietaria de la panadería, Ana María Ledo, explica que los pedidos se despachan todos los martes, "aunque el de la semana que viene saldrá el miércoles. Aún no sabemos cuánto pan necesitarán, porque desde La Zarzuela tampoco tenían concretado el número de invitados", explica.

Los pedidos se envían por Seur y llegan a Palacio en unas diez horas. Y si hay que viajar más, pues se viaja: en verano, el pan de Rodeiro llega a Marivent, donde pasa sus vacaciones la Familia Real. Suelen enviar seis ó siete piezas, que pueden aguantar sin endurecerse casi una semana. El truco está en envolver el pan en un paño de tela, algo que funciona también con el pan de Cea, concello vecino del de Rodeiro. "Hay quien también lo congela, y no pierde sabor ni calidad al volver a calentarlo", explica la panadera.

Al preguntarle cómo contactaron desde La Zarzuela con su honor, Ledo asegura que desconoce cuál fue el motivo por el que los anteriores Reyes se decantaron por sus productos, una costumbre que siguen manteniendo los monarcas actuales, y sin apenas variar el pedido. Quizá alguien de los cientos de gallegos emigrados a Madrid recomendó el pan a la Casa Real. Y el boca a boca funcionó, igual que funciona ahora, desde que se sabe que este obrador despacha sus productos a Sus Majestades. "A raíz de lo de los Reyes, sacamos pedidos todas las semanas para otros clientes de Madrid, pero también de Barcelona, Bilbao o Vigo. Tuvimos llamadas hasta de Málaga".

Además de las piezas de pan, en los pedidos que realiza Palacio suele figurar la empanada de bacon con chorizo o algún que otro dulce, como el roscón, la tarta de almendra y nuez o el brazo de gitano. Alimentos de toda la vida que han conquistado el paladar de La Zarzuela con algo tan simple como la tradición, la paciencia e ingredientes de primera calidad. Son los requisitos que cumple su pan: la primera hornada tarda nada menos que siete horas en estar lista. Cada hogaza lleva trigo y centeno del país, agua, sal y masa madre. Todo el proceso depende de las manos de Ana María Ledo, su hijo Jesús y sus cuatro empleados.