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Un remanso de paz en el Ulla

Numerosos patos salvajes frecuentan ahora el entorno recuperado por la asociación Entre as Pontes y conocido como Copacabana

Una bandada de patos salvajes nada en este paraje del Ulla.

La estampa es idílica. Un espacio entre corrientes. Quietud, paz. Un remanso del caudaloso Ulla que se ha librado del ramaje que lo invadía, de los árboles caídos sobre el cauce en una zona arenosa. Los patos salvajes han regresado a este entorno. Bandadas que reposan sobre las aguas, abriéndose paso mientras gozan de la calma que reina en el entorno. La asociación Entre as Pontes encuentra, con las fotografías y los vídeos que han podido tomar estos días en un enclave conocido como Copacabana, una recompensa al trabajo bien hecho, al esfuerzo que este colectivo ha venido realizando de forma desinteresada para brindar un pequeño paraíso a la ribera del Ulla para disfrute de todos.

El presidente de Entre as Pontes, Pedro Castañeda, apuntó ayer que los patos salvajes han escogido este paraje para disfrutar de la calma. Animó a todos los interesados a contemplar esta concentración, un remanso que, desde que se recuperó del abandono, han encontrado como perfecto ecosistema. Estima que los patos eligieron el entorno porque es amplio y ahora luce despejado, sin las ramas de los árboles caídos que, hasta que intervino la asociación, enraizaban por sus dos extremos. Inciden en que el paraje ofrece una paz absoluta para estas aves y una zona ideal para su alimentación. En recompensa, quienes disfrutan de la belleza de un paseo junto al Ulla se llevan la postal de ver como más de una veintena de patos salvajes surcan las aguas.

Castañeda abogó por seguir trabajando por recuperar todo el entorno. Incidió en que la belleza de esta composición de la naturaleza puede disfrutarse a solo 300 metros del puente de Pontevea, patrimonio declarado Bien de Interés Cultural. Entre la playa fluvial que se abre junto a esta estructura medieval y la de Copacabana se busca conferir una imagen de conjunto, de paseo y de disfrute. Explica el presidente de Entre as Pontes que son 400 metros de paseo y que ya están acondicionados 200. Apunta que este enclave forma parte de una masa común, con un acceso ágil y próximo, de manera que quien desee disfrutar de las imágenes que estos días circulan ya a través de las redes sociales lo tienen fácil.

Desde esta asociación se apunta que la imagen idílica que ahora brinda este paraje no tiene nada que ver con la que ofrecía cuando desembarcó la buena voluntad de este colectivo. "Era como una ciénaga; una zona sombría y oscura", apuntó Castañeda. Nada parecido a la realidad actual. En su empeño por seguir mejorando y potenciando este entorno natural, Entre as Pontes se plantea incluso recuperar una isla fluvial de gran tamaño, próxima, según sus cálculos, a los 2.000 metros cuadrados.

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